Cap 16

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El día sábado llegó con una brisa suave que acariciaba la casa. George se despidió de Draco con un dulce beso en los labios y otro tierno beso en la frente de su bebe. Antes de partir, George explicó que regresaría al mediodía, ya que la tienda de bromas cerraría temprano ese día. Con George fuera de casa, Draco puso su plan en marcha.

Con sumo cuidado, colocó a Scorpius en la cuna, asegurándose de que estuviera cómodo y seguro antes de continuar. Luego, se dirigió a su habitación para arreglarse. Escogió una camisa de tono verde oscuro, un tributo a su casa Slytherin, que resaltaba el gris de sus ojos. Los pantalones negros, perfectamente ajustados, le conferían una elegancia innegable a su figura, manteniendo su estilo característico.

Sus botas de cuero, pulidas hasta el último detalle, resonaban con su toque distintivo. En sus muñecas y dedos, adornos discretos en forma de anillos y pulseras añadían un toque de refinamiento. Mientras Draco se mantenía fiel a su estilo sofisticado, su atuendo del día tenía un toque más relajado y casual.

Luego de arreglarse, Draco se dirigió a la habitación del bebé con pasos llenos de determinación. Había escogido un conjunto para Scorpius que reflejara no solo su propia elegancia, sino también la dulzura y la pureza de su hijo.

Con manos hábiles y seguras, comenzó a vestir al bebé. El body de algodón blanco era como un abrazo cálido, envolviendo al pequeño en su suavidad protectora. Las mangas largas se ajustaron cuidadosamente alrededor de los bracitos de Scorpius, protegiéndolos del aire fresco de la mañana.

Sobre el body, Draco colocó un pelele en un suave tono verde. Los botones de nácar se abrocharon con facilidad, y el pelele se acomodó perfectamente al cuerpo del bebé. Draco se detuvo por un momento, observando con admiración cómo el color realzaba la luminosidad en los ojos azules del pequeño.

Finalmente, los pies diminutos de Scorpius encontraron su lugar en unos mocasines de cuero suave en un tono neutro. Draco sonrió ampliamente al ver lo adorable que lucía su bebé con aquel conjunto. Con todo en su lugar, Draco levantó a Scorpius en sus brazos con extremo cuidado, sintiendo su corazón latir más rápido por el amor que sentía por ese pequeño ser que ahora formaba parte integral de su vida.

El sonido del timbre resonó en la casa, y Draco aceleró con cuidado, sosteniendo a su bebé en sus brazos. Se dirigió rápidamente a la puerta y la abrió para revelar a Harry parado en el umbral. "Potty", exclamó Draco, una sonrisa divertida curvando sus labios. "Me sorprende tu puntualidad."

Harry negó con la cabeza en un gesto divertido. "Me sorprende que tenga que pedir permiso en mi propia casa para poder entrar", bromeó mientras se acercaba a Draco. Sus ojos se posaron en el pequeño bebé que lo miraba con curiosidad. "Hola, Scorpius", dijo Harry en un tono suave, acariciando la mejilla del bebé con ternura.

Detrás de Harry, Hermione también se unió al encuentro, saludando a Draco alegremente antes de dirigir su atención al bebé. "Está tan lindo", expresó Hermione con una sonrisa cálida.

Draco sonrió con orgullo y asintió. "Por supuesto que es lindo, después de todo, yo soy su padre", dijo con un toque de jactancia en su voz, lo que hizo que Harry rodara los ojos divertido por el ego de su amigo.

Sin más preámbulos, Harry tomó la pañalera del bebé y, junto con Draco y Hermione, se dirigieron hacia la Madriguera. La noche anterior, Draco había intercambiado cartas con Hermione y Harry, discutiendo varios detalles y confirmando que estaban invitados a la cena de cumpleaños de la señora Weasley. También le aseguraron a Draco que estaban dispuestos a ayudarlo con su plan de visitar la casa de los Weasley sin que George lo supiera.

DRACO MALFOYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora