CAPITULO 23 (KAYLA)

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Había olvidado que Derek y yo íbamos a hablar. Y aprovechó el momento menos indicado para recordármelo. Estaba con Austin, Holly y Carter en la barra cuando se detuvo al lado de nosotros.

Su traje negro se veía impecable y su cabello ondulado brillaba retirado hacia atrás, pero su rostro no coincidía. Aún se notaban las sombras debajo de sus ojos, pero esta vez más pronunciadas.

—Hola, chicos.

Austin frunció el ceño pero se limitó a saludarlo. Era de esperarse cuando Derek nunca se había molestado en hacerlo en las otras fiestas.

Se inclinó hacia mí.

—¿Podemos hablar un momento?

Austin forzó una sonrisa.

—En realidad íbamos a tener otra ronda.

—Está bien —dije.

Mi amigo estrechó los ojos hacia mí.

Le gesticulé con los labios que le explicaba luego y tomé el codo de Derek.

Apreté los dientes por su indiscreción. Después de eso Austin iba a atropellarme con preguntas que ninguno de los dos quería responder.

Nos dirigimos al piso de arriba. Por lo que sabía era un balcón que se usaba para galería de fotografías, pero debido a la fiesta estaba vacío y apenas iluminado.

Retiré mi brazo del suyo cuando estuvimos solos.

—¿Qué pasa, Derek?

Él se colocó de frente a mí con sus rasgos apretados.

—Necesito ayuda, bueno, necesito que me escuches al menos. No tengo a nadie más que pudiera decirle. —Hizo una pausa para mirar por encima de mi hombro—. Sabes de las negociaciones de este año con las universidades. Por eso te pedí ayuda la semana pasada. El caso es que es jodidamente estresante y me he extralimitado con mis... soluciones.

Fruncí el ceño.

—¿A qué te refieres?

Él se frotó el cuello de mala gana.

—Estoy fumando en exceso y no en los lugares que debería.

Mis hombros cayeron al tiempo en que sentí una rafaga de decepción.

—Por Dios, Derek. Si no lo resistes ¿por qué no se lo dices? Te estás buscando un problema sin necesidad.

Él dio un paso hacia mí como si estuviera irritado.

—¿Sin necesidad? Es como si fuera su único hijo, y es la primera vez que me da tanta responsabilidad. No puedo solo abandonarlo.

—Tu padre entenderá si se lo dices.

Derek se frotó los ojos con cansancio.

—Nunca ha confiado mucho en mí. Ahora que lo hace no voy a tirarlo a la basura. Tengo que intentar resolver esta mierda.

Me quedé en silencio. Era desalentador verlo tan preocupado. Estaba lejos de ser el hombre confiado que solía transmitir a todos. Cuando algún acuerdo con los clientes podía fallar, Derek había encontrado la forma de que funcionara mostrando el mejor ánimo.

—Oye —Toqué su hombro—, no creo que lo de tus métodos se lo tome bien pero lo de la cantidad de trabajo sí puedes controlarlo.

Él bufó colocando una mano sobre su cuello.

—Creo que ese es el menor de mis problemas. —Hizo una pausa intentando mirarme a los ojos—. La reunión con los directivos de La Universidad de Westminster se fue a la mierda. Reprogramaron la cita y yo no estaba, pues, pensando de forma clara ese día. Siempre quise que nos aumentaran el presupuesto de los programas de pasantía y tal vez me excedí reprochándoles. —maldijo por lo bajo—. Quizás sus estudiantes no participen en el programa de este año.

Las ventajas de no conocerte [PRIMERA PARTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora