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Después de recibir esos mensajes de texto, lo último que jimin tenía ganas de hacer era explicarse con Taehyung, pero sabía que su amigo vendría a buscarlo si él no lo hacía primero. Diablos, llamarlo no era opción, no cuando existía ese espeluznante mensaje de texto hablando acerca de la polla del profesor de matemáticas. Cielos, Tae se había obsesionado con ese temita del profesor libidinoso y no le extrañó nada que hiciera algo como eso, después de todo a taehyung se le había puesto entre ceja y ceja que el viejo quería algo con él, sólo porque no lo calificaba con una A+ como a Miyeong.

Hubiera sido mucho mejor que no se hubiera enterado de aquella historia de Kai, así Tae  habría desertado de aquella obsesión con el hombre. Cielos, sólo porque el tipo era joven y del gusto de su amigo no se iba a significar que el viejo se lo iba a coger. Dios, un loco, Tae era un verdadero demente. Jimin buscó por toda la universidad hasta que encontró a taehyung con el ceño fruncido, sentado afuera de la cafetería, sacando pastillas ácidas de una pequeña caja. Sus ojos cafés claros se fijaron en jimin en el momento en que éste se detuvo frente a él.

—Explica. –Murmuró, indicándole a jimin que se sentara. El rubio ignoró su indicación y permaneció de pie.

—No hay nada que explicar. –Contestó viéndolo tragar más pastillas.

—¿Sabes cuantos ice breakers he tragado? Será mejor que expliques antes de que me ponga furioso. –Dijo vaciando pastillas desde la caja color verde con blanco en la palma de su mano. Jimin se frotó las sienes con expresión de molestia.

—¿Y supongo que estás tragando pastillas porque te dio la gana? – Exhaló cuando Tae casi gimió en voz alta. Ugh, en serio no quería saber.

—Mira. –Dijo, evitando los ojos de jimin. El chico era muy malo para mentir, como para retener información. —No tienes nada de qué preocuparte. No fue nada. Entonces lo besé y se la chupé: ¿Cual es el problema? El tipo se me declaró y esto fue el equivalente a un noviazgo súper cagado.

Ignoró la incómoda sensación de hundimiento que apareció en su estómago ante la mirada plana de jimin.

—¿Qué? Y bueno, no tuve otra opción. ¡Ejem! Me gusta. –Continuó, poniendo más pastillas en su boca.

—¿Un noviazgo súper cagado? – jimin repitió, su voz mezclada con incredulidad. —¿Desde cuándo te comprometes a la primera?. Pensé que sólo era una joda de tu parte, digo ¿Sabes que tiene como treinta y tantos? –Se restregó la mano en la cara y lo miró por debajo de sus dedos. —¿No es broma, verdad?

Antes de que jimin pudiera decir algo, Tae lo inmovilizó con una mirada neutra.

—Fue tu culpa, si hubieras llegado a tiempo, esto no habría sucedido. –Indicó con labios torcidos. En serio esto era increíble.

—Dame un segundo. – jimin señaló respirando hondo. El chico pasó una mano por su cabello y tomó asiento al lado de su amigo. Dejando caer un largo soplido —¿Estás diciendo que en serio estás saliendo con el profesor ahora? –Apretó los labios cuando Tae asintió con la cabeza. Jimin lamió sus labios y continuó hablando.

—Hiciste mucho más que sólo lamerla ¿No es cierto? –Alzó una ceja por debajo de sus anteojos. Taehyung se encogió de hombros. Cielos, por supuesto que lo había hecho.

—Sólo fueron hormonas del momento y esas cosas. –Murmuró mirando a cualquier parte menos a jimin. —Me tomó por sorpresa que se me confesara. Eso es todo. –Continuó. El chico rubio lo miró perplejo, pero su amigo se negaba a mirarlo de vuelta. —Bueno, tampoco pensé que se me iba a confesar y me gusta la idea de salir con un chico más grande de todos lados.– Jimin ¿Podrías dejar de mirarme así? Sé lo que estás pensando. – Espetó con un mohín.

Chico Gafas «KOOKMIN»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora