Chico Gafas «KOOKMIN»

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Su hermana había terminado otra vez con un novio, bueno eso fue lo que Jimin descubrió apenas llegó a casa. Siempre era lo mismo: Música de rompimiento, a alto nivel, emanaba desde las profundidades de su habitación, ruidos de cosas explotando y rompiéndose en el suelo se escuchaban por doquier y sonoros chillidos de frustración decoraban la gran nube de contaminación acústica provenientes escaleras arriba.

Jimin sacudió la cabeza y terminó de entrar a la casa. Con un bostezo, el muchacho de cabello rubio dejó colgada su chaqueta y mochila en el colgador a lado de la puerta, haciendo su paso hacia la cocina. Allí su padre estaba terminando de preparar la cena.

-Hola papá, ¿Y qué pasó ahora con Rose?-Averiguó curioso, dándole un abrazo por la espalda al hombre sonriente.

Éste le respondió con una sonrisa

-Lo mismo de siempre, el chico se mostró renuente a compartir una cena con nosotros. -Se echó a reír y continuó-Aún no encuentra a la media naranja que quiera participar de una familia diferente. -Rió y regresó a la olla. -En fin, ve a refrescarte, la cena estará lista en diez minutos. -Dijo risueño, no se veía para nada afectado.

-De acuerdo, sólo cambiaré mis ropas. Tomaré una ducha antes de irme a la cama más tarde.- jimin informó sonriente, dándole un abrazo apretado a su padre. -Por cierto, ¿Ya llegó Siwon?-Preguntó curioso.

Su padre sonrió amplio al responder

-Dijo que venía en la intersección, así que le deben quedar como diez minutos para llegar.- jimin soltó una carcajada, ahora entendía por qué la cena estaría lista en diez minutos.

-Ustedes deberían vivir juntos, ya le guardaste bastante luto al señor Kim y honestamente tú sabes que a nosotros no nos molesta su romance. De hecho, me gusta demasiado platicar con él sobre cosas policiales. - Murmuró sonriente, pellizcando un grano de arroz de la olla sobre la estufa.

Su padre apartó su mano y le contestó entre dientes

-Esta casa es muy estrecha y nos quedaría pequeña. Tu madre no tuvo buen ojo en escogerla, siempre le dije que necesitábamos un cuarto extra. -Se quejó cubriendo la olla del arroz para que jimin dejara de picotear.
Jimin ladeó la cabeza

-¿Para qué quieres un cuarto extra?-Se echó a reír y continuó -Padre, ustedes pueden dormir en la misma habitación. -Sonrió. -Madre murió cuando todavía era un niño para que sigas respetando su espacio y honestamente vi más como a una madre al señor Kim. - Se echó a reír otra vez. -El hombre pasaba aquí más que en su propia casa. -Bromeó con diversión.

Jimin hablaba en serio, su padre era un hombre demasiado respetuoso y no quería perturbarlos con su vida personal. No obstante, jimin y su hermana se dedicaban a decirle todo el tiempo que no había nada malo en querer rehacer su vida, luego de dos parejas fallecidas. Cielos, su padre había tenido mala suerte en el amor, primero perdió a su madre quedándose con dos niños pequeños y luego al señor Kim a quién conoció dos años después de la muerte de su esposa.

Este hombre fue muy bueno, le dejó una parte de la herencia para que su padre no trabajara nunca más en la vida y le inculcó a su hijo tratarlos bien después de su muerte. De cierta manera, jimin se sorprendió cuando el hijo del señor kim, Chanyeol, llegó un día a su casa, informándoles que se haría cargo de todos sus estudios pagando todo el dinero y manutención universitaria para que estudiara bien.

El chico no mencionó nada más, pero jimin en su interior sabía que el muchacho conocía el romance que su padre mantuvo con el suyo por años. Dios, sería un tonto bien ciego si no lo supiera, porque fue algo muy evidente. Sin embargo, el hombre no lució pellizcado ni molesto por estar en la casa del amante de su padre, tal vez porque quizás sabía que el matrimonio de sus progenitores era un fiasco, una pantalla para la sociedad ya que ambos hacían sus vidas por separado. En fin, como en una manera de retribuir tanta atención y seguridad, jimin se ofreció a ayudarle en sus cosas importantes y el señor Chanyeol aceptó, entonces se convirtió en una especie de asistente personal.