Desde que Jeongguk regresó a Seúl con su madre, no pudo quitarle los ojos de encima al peculiar hijo de los Kim.
Y desde que Taehyung conoció a Jeongguk poco a poco se fué confundiendo aun mas, pero entendió que lo suyo con Hoseok no iba más.
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¡Jeongguk—ssi, Jeongguk—ssi!
El nombrado se rió, no había alcanzado a salir completamente por la puerta cuando un hiperactivo Jimin comenzó a saltar cerca suyo. Sosteniéndose bien de ambas muletas, Jeongguk miró a su novio parado a unos metros de ellos dos. Taehyung sonreía, viendo a sus dos on estaba confundido por la situación y Park simplemente saltaba alegre.
—¿Ya me van a decir que sucede? ¿Jimin hyung?
—¡Hoy voy a hacer una pijamada en mi casa!
—Está feliz por que nunca le dan permiso—aclaró Taehyung.
—Esi es bueno, hyung—sonrió, asintiendo. Despacio se acercó hasta donde se encontraba su novio y le acarició la mejilla—, ¿y quienes van a ir?
—Hmm, ahí está el problema... Taehyung no quiere ir, ni que tú vayas.
—¿Y eso?—elevó una ceja inconscientemente, con gracia.
—Yo tengo otros amigos en la escuela, chicas en su mayoría, y a Taehyung...
—¡Jimin, deja de hablar como si yo no estuviera aquí!—se quejó, dándole un pequeño empujón por el hombro. Se volvió hacia Jeongguk antes de hablarle—. No quería que fuéramos para que no te sientas incómodo, bonito.
—¿Incómodo?—cuestionó, a la vez que su sonrisa disminuía.
Taehyung se sonrojó por la vergüenza, con cada palabra sentía que la estaba cagando aún más.
—E—es decir, por que no las conoces y...
—Y solo puedo ser amigo de tus hermanos y tu mejor amigo, ¿cierto?
Ciertamente Jeon se había levantado de mal genio ese día, pero Taehyung no estaba colaborando demasiado tampoco.
—¿Chicos?—susurró Park, quedándose quieto en su lugar. El peli-negro parecía molesto y no era la idea que Jimin tenía en mente, solo quería convencer a Taehyung de que era una buena idea que fueran juntos a su pijamada y solo creyó que lo lograría con ayuda de Jeongguk.
—No se trata de eso, Jeonggukie, pero...
—¡Jiminie!$interrumpió a su novio, volteando hacia el chico, sonriendo para él—. ¿tengo que llevar algo?
—Oh, no te preocupes. Al rato te envío la dirección por mensaje, Jeongguk.
—Claro , gracias. ¡Nos vemos más tarde!
Taehyung ni siquiera se movió de su lugar, no sabiendo qué decir o hacer. Jeongguk por su parte, simplemente se dió media vuelta y cerró con fuerza la puerta.
Definitivamente la había cagado por no saber expresarse.
(...)
El peli-negro se despidió de su madre con un beso, prometiéndole llamarla más tarde. Cosa que, por supuesto, el chico no haría.
