I

503 23 1
                                    

Crecí en un pueblo alejado de la capital...es un pueblo típico con pocos habitantes, comercios familiares que llevan años instalados en el lugar, familias que se criaron en la zona desde hace añares que pasan de generación a generación.

Desde que tengo memoria mis abuelos siempre me cuentan sus historias de como crecieron juntos, compartían en mismo grupo de amigos, jugando hasta entrar la noche en las calles.
Mis padres siguieron el mismo ejemplo. Ellos se conocen desde toda su vida, compartieron el preescolar, primaria, preparatoria juntos y luego se casaron. El gobierno les accedió una casa cuando se casaron, cerca del colegio donde yo asistía así que prácticamente tenía prohibido escaparme a algún lado sin que mis padres se enterasen. Además siempre están los adultos, por no decir ancianos, que se sentaban en unos banco en las veredas como espías, ellos sabian la historia de todo y todos, eran capaces de darles la información a mis padres o abuelos si se me acurriera escabullirme a algún lado.

El grupo de amigos con los que comparto son hijos de los amigos de mi padres. Así como su historia hay muchos más que la repiten. Adultos que eran compañeros y vecinos y luego forman familia instalándose en el pueblo con casas propias o algunos heredando casas de la generación que ya no estaban.

Ahora estoy por entrar a la preparatoria, mi mamá se tomó el trabajo de darme una charla con todo lo que debo y no debo hacer días atrás. Según sabemos, la profesora que tuvo en su adolescencia ahora es la directora del lugar, una señora estricta y exigente, que si no llego a concordar con con ella tendría pocas expectativas de llevar unos buenos años en la prepa. Por otro lado mi padre me aconseja de disfrutar al máximo esta etapa, dice que fue la mejor en su vida, y que quiere que yo viva lo mismo. Que sea aventurero pero responsable, alegre y precavido, que no pruebe sustancias porque sería mi fin si él se enterase.

Mi abuela aún me trata como un niño pequeño y adoro eso. Me encanta su casa, el olor a madera vieja pero pintoresca. Sus comidas o dulces que siempre tiene para mí. Hace unos días notó que ya le sobrepaso sobre su cabeza, nalgeo mi trasero y me prohibió seguir creciendo. Mi abuelo en cambio ya cuenta con mi ayuda para que sea su asistente mecánico. Tiene una camioneta ford del 1940, donde cada fin de semana revisa el motor y le hace arreglos. Así que gracias a él conozco varias herramientas y algo sobre la profesión, él dice que sus herramientas serán mías el día que se le ocurra partir de aquí.

Ya falta pocos días para terminar las vacaciones, mi época favorita, me encontré con mi grupo de amigos en las calles. Somos diez en total. Máx, hijo de los dueños de la funeraria del pueblo. Net, su familia maneja la tienda de telas, alfombras y tapizados. Joss, hijo de comisario, cada vez que estábamos en su casa admirábamos a escondidas las armas que tenía su padre en un armario. Thomas, su abuelo era el barbero del pueblo, casi todos teníamos el mismo corte de pelo, su abuela tenía a dos tiendas mas allá la peluquería donde asistía a todas las damas. Poppy y Park, mellizos, ellos eran los contrabandistas de dulces, tenían la dulcería más grande, cada vez que los esperábamos en una esquina y los veíamos llegar corriendo nos armabamos de coraje y corríamos junto a ellos, porque era la señal de que habían sacado dulces sin permiso de sus padres y si nos agarraban seríamos regañados, cuadras después ellos repartían equitativamente cada golosina. Fred y Lean, hermanos hijos del alcalde, tenían dinero y era bueno estar con ellos, tenían su ventaja. Jimmy, hijo del ferretero, si queríamos construir algo él se encargaba de traer lo necesario. Y por último yo, Zee Pruk, hijo de un matrimonio que manejan el almacén más completo de la zona.

Los diez nos encontramos en la plaza, habíamos caminado toda la tarde por las zona no urbana, lanzando piedras a latas que estaban distantes, compitiendo quien tenía más fuerza, contando secretos de los abuelos o escuchar cómo se quejaban algunos de sus hermanas.

Mi punto de vista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora