VI

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-Mañana necesito que ayudes en la tienda Zee. Llevaré a tu abuela al hospital. Hace días tiene mucho dolor en uno de sus brazos.

-Está bien.

-Tu padre tiene que visitar a unos proveedores. Regresará tarde. Si quieres puedes llamar a Tae para que te ayude.

Para mi madre era común verme con Tae, al principio de nuestra mala relación con Freddy, Lean y Park se preocupó y me preguntó porqué ya no nos juntábamos como antes. Al parecer alguien le había contado sobre mis amistades. Traté de tapar todo con un "cada uno tiene diferentes prioridades creo" para no preocuparla. Mi padre en cambio me recordó que las amistades dentro del pueblo eran necesario. No sé si fue porque Freddy y Lean eran los hijos del alcalde y quería mantener una buena fachada, o porque tal vez en un futuro necesitaría de ellos.

Esa noche pensé en mi futuro. Tal vez la familia de Lenna tiene un punto de razón, la familia de Tae también. No es obligación quedarme en el pueblo, verdad? Tengo buenas notas...podría intentar ir a una universidad? Salir de aquí e intentar nuevas posibilidades?! No es que no ame aquí, pero no quiero pasar mi vida detrás del mostrador de la tienda.
Con eso en mente me dediqué a dormir.

La tarde siguiente Tae y yo estábamos a cargo de la tienda, pude ver a mi abuela subirse al auto y a mamá alejándose juntas.
Mis padres estaban un poco distanciados y se notaba mucho. No había una fachada que tapara lo mal que encajaban.

Tae aprovechó y abrió un paquete de nueces, le gustaban, mientras leía una revista. Me había avisado que su hermano también nos haría compañía "papá le tiene prohibido encerrarse en su habitación...su opción era venir o le cambiaba de color las paredes de su cuarto...así que estoy seguro que vendrá". Así que estábamos esperando a que llegara.
Lo conocíamos, el chico iba a mantener el rosa a toda costa. Veinte minutos después lo veo cruzar la calle en dirección a la tienda, con su uniforme y mochila, sus auriculares y dicsman colgando en su mano, atrás de él venían tres chicos más molestando pero él no le prestaba atención.
No se porqué pero mis manos se hicieron un puño, miré a Tae que no había despegado su vista de la revista, volví a mirar enseguida a NuNew y al parecer lo habían empujado, él miraba serio a los chicos que ya iban varios pasos a delante alejándose. Solo agarró fuerte las correas de la mochila y no paró su andar hasta entrar en la tienda.
Quise preguntar si todo estaba bien, pero solo entró, saludó y se sentó en una de las sillas desocupadas sin sacarse los auriculares.

No sé cuanto estuvimos atendiendo, Tae era bueno con la gente, buscaba charla y vendía más cosas. Yo admiraba su forma de socializar. Tenía en mis manos una escoba, así que limpiaba las veces que se ensuciaba el suelo, acomodé los estantes y las heladeras...saqué un refresco y me acerqué al menor. Había estado sentado por casi dos horas y no había dicho ninguna palabra. Tae tampoco lo integraba. Me agache frente a él y le ofrecí la botella helada, sólo miró la botella y luego levantó su vista a mi cara. -Sé que te gusta. Tómala.

-Te lo pago- quiso buscar dinero de su mochila pero lo frené.

-Toma la maldita botella, es la recompensa por tener que hacernos compañía- pude ver una pequeña sonrisa en su cara, tomo la botella pero no supo como abrirla. La tome y saque la chapa haciéndole presión sobre un mostrador, le devolví la botella abierta. "Gracias" escuché de él.

-Yo también quiero una.

-Ve y sírvete Tae- los tres reímos.

Mi padre nunca volvió y casi de noche llegó mi madre y abuela. Cerramos la tienda y mi abuela sentenció a los hermanos Perdpiriyawong a cenar con nosotros.
Subimos a mi casa, Tae y yo nos perdimos en mi habitación,  necesitaba ducharme y cambiarme de ropa. Mi amigo hizo lo mismo luego de que yo terminara, lo bueno de tener casi la misma talla era que nos pasábamos prendas de vestir, aunque su armario era mas valiosa de la que usaba, pero como siempre, y lo que me agradaba de Tae, no tenía problemas en usar remeras de bajo costo.

Mi punto de vista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora