XXIV. Tenemos que hablar

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Estaba dormida en mi cama hasta que sentí un golpe con una almohada, y después el colchón se hundió a mi lado.

-Buenos días, preciosa- reconocí su voz.

-No tiene nada de buenos- dije de mala gana. 

Si hay algo que odiaba en esta vida era que me despertasen, debo levantarme por mi propia cuenta, porque o me levanto de buenas o me levanto temprano, no hay punto medio; y Pablo lo sabía pero le gusta picarme cada que tiene oportunidad.

-Claro que sí, ¿Sabes qué día es hoy?- me preguntó dejando besos por toda mi cara.

-Sábado- respondí.

-¡Lili! No me digas que lo haz olvidado- me reprochó.

-¿Olvidar qué?- Le pregunté y él me miró mal.

-¿En serio, Lilian?- me recriminó, empecé a hacer cuentas y abrí mis ojos como platos, hoy cumplimos 3 meses de novios.

-Que es broma corazón, ya sé qué día es hoy- dije tratando de ocultar que lo había olvidado por un momento.

-Bien, ahora... arriba que tenemos cosas que hacer- dijo con una sonrisa, dando una palmadita a mi pierna encima de las cobijas.

-¿Y si nos quedamos aquí? Vemos una película mientras comemos palomitas y chuches- sugerí mientras lo abrazaba; estaba cansada, había tenido exámenes toda la semana y quería dormir 2 días seguidos.

Durante un entrenamiento de los chicos, en una plática que tuve con Xavi sobre mi carrera, me ofreció un empleo para ir obteniendo experiencia, hace poco más de un mes que empecé a trabajar, soy algo así como la mini asistente de Xavi; y se han visto muy flexibles, ya que hay veces que no puedo ir por tanta tarea o exámenes que tengo, y es algo que les agradezco inmensamente.

-No, anda que vamos a ir a desayunar, además hoy tenemos día libre, debemos aprovechar- dijo besando mi mejilla.

Me paré de la cama cuando Pablo dijo "desayunar" porque eso implica comida y la comida es igual a felicidad.

Me dirigí al baño a ducharme, cuando salí, Pablo no estaba ahí, supuse que estaba abajo.

Opté por un vestido corto azul de manga larga y unos tenis, me maquille un poco y bajé a la sala donde mi novio me esperaba sentado mientras platicaba con Ferran.

-Estoy lista- anuncié al pie de las escaleras.

-Te ves hermosa pulga- me dijo mi hermano mientras dejaba un beso en mi cabeza -No la regreses tarde- avisó a Pablo y él asintió. Empezó a caminar hacia la cocina pero se freno en seco -Cuidala- le advirtió con una mirada sería.

-Con mi vida- respondió mientras se acercaba a mí.

Corrí a despedirme de mi hermano y salimos de casa. Pablo me indicó el camino y conduje hasta el lugar.

Al llegar dijo su nombre y nos llevaron a una mesa apartada de las personas, una vez ahí ordenamos y conversamos un buen rato, al terminar, decidimos caminar por las calles de Barcelona.

-Lili... tenemos que hablar- me dijo y paré en seco.

Ay no, esto no pinta nada bueno.

-¿Qué sucede?- hablé parándome frente a él tratando que mi voz no temblara.

-He estado dándole un par de vueltas al asunto y he llegado a la conclusión q-

-Si estás pensando terminarme, te lo hago más fácil, te termino yo- solté de golpe.

-¿Qué?- Pablo abrió los ojos como platos.

-Me ibas a terminar ¿no? Pues te lo he puesto más fácil yo te he-

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