Capítulo 2

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Pov omnisciente.

Sam dormía plácidamente en su cama, sin saber que había alguien observándola con curiosidad, este alguien empezó a acariciar levemente sus mejillas y frente.

Mmm — gimió levemente Sam, al parecer le gustaban las caricias que sentía.

Este alguien paró abruptamente sus caricias por el sonido que emitió Sam, pero luego de unos minutos, la persona le empezó a acariciar los senos por encima de la pijama. Bajó sus manos hasta su vientre y subió su camisa, tocó levemente la piel expuesta, con admiración. Esta persona, estaba concentrada con su vientre cuando notó un bulto en la entrepierna.

Entonces, tocó el bulto por encima del pijama y lo apretó un poco.

Ammm — gimió Sam, de placer. La persona detuvo el movimiento, pero solo para que segundos después metiera su mano dentro de la pijama y bóxer de la pelinegra. — Ahh, más — gimió Sam, moviéndose un poco.

La persona apretó con más fuerza la cosa larga que sentía y bombeó con su mano, de arriba hacia abajo.

Ahhh, así — Sam abrió los ojos, su sueño se sentía muy real, pero cuando su mirada se acostumbró a la luz y vio a cierta persona tocándole el miembro, se levantó asustada de la cama. — ¿Pero qué mierda? — preguntó, en una esquina de su cuarto. — ¿Qui... Quién eres tú? — medio volvió a preguntar, viendo a la chica completamente desnuda que seguía en cuclillas, arriba de su cama.

Yo soy Kornkamon y soy toda tuyale respondió la "chica", viendo con deseo a Sam.

¡Kirk! — exclamó la pelinegra con desesperación y girando los ojos. — ¡Linda broma, Kirk! ¡Sal ahora! — gritó, pero ahora un poco más calmada. — Mierda, la muñeca — susurró por lo bajo, pensando en que Kirk ya había visto a la muñeca en su cama.

Lo que me hiciste anoche fue placentero, pero solo para ti — dijo Kornkamon, mientras se acercaba a Sam. — Ahora quiero disfrutar yo — se mordió el labio, tocándole el miembro.

Ehhh, para atrás — Sam estaba asustada, alejándose de ella. Agarró su cobija y se la tiró a Kornkamon. — Cúbrete, mira, no tienes por qué fingir, ya sé que esto es una broma de Kirk, yo no te hice nada anoche — se cruzó de brazos.

¿Estás segura?, me compraron para ti, me poseíste anoche, me hiciste tuya, pero anoche no sentí nada — dejó caer la cobija. Sam evitaba con todas sus fuerzas mirar su cuerpo, pero sus ojos parecían tener vida propia, porque lo recorrieron con la mirada y sintió que su miembro se levantaba un poco más. — Repitamos lo de anoche, yo también quiero sentir lo que tú sentiste — se acercó de manera provocativa a Sam.

Yo... yo... No... tú... error — intentaba decir Sam, pero entre más se acercaba Kornkamon, más se perdía en la profundidad de sus ojos chocolate.

Creo que es injusto que solo tú disfrutes — murmuró Kornkamon, pasando sus brazos por el cuello de Sam y pegando su cuerpo al de ella, haciendo que la pelinegra trague duro. — Déjame sentirte — dijo con voz sexy, enterrando la cara en su cuello y dejando pequeños besos húmedos.

Pa... Para — la voz de Sam surgió entrecortada, llevando sus manos a la cintura de Kornkamon para alejarla de ella, pero al sentir su piel suave, se quedaron estáticas en su lugar.

Los besos de Kornkamon empezaron a subir desde el cuello hacia la mejilla de Sam, estaba cerca de llegar a su boca cuando la pelinegra sintió un tirón en su miembro. Estaba tan excitada, que estaba a punto de correrse, con la poca cordura que le quedaba empujó a Kornkamon y se subió a la cama.

Quieta ahí, mujer — dijo Sam, respirando pesadamente. — Lo mejor es que te vistas y te retires de mi casa, no tendré sexo contigo, lamento las molestias que te causó Kirk al traerte aquí, pero esto ya se acabó. Ni puta idea tengo de cómo entraron a mi casa, ¡Kirk sal ahora mismo!— gritó fuerte, viendo a la puerta de su habitación.

¿Irme? ¿A dónde? Tú eres mi dueña, me compraron para ti, tengo que estar contigo, te pertenezco. Eres libre de hacer conmigo lo que te plazca, como anoche. Por cierto, gracias por sacarme de esa caja, no me gustaba estar ahí — dijo con una sonrisa Kornkamon.

Alto, ¿Caja? ¿Qué caja? — Sam estaba confundida.

Mi caja, anoche, me sacaste de la caja para hacerme tuya — explicó Kornkamon, remarcando el "hacerme tuya".

La única caja que yo abrí anoche fue la de la muñe... Muñeca — dijo Sam, confundida. — ¿Dónde está la muñeca? ¿Kirk ya se la llevó? — preguntó Sam, aún más confundida.

¿Aún no entiendes? — Kornkamon volvió a sonreír. — Yo soy la muñeca, tú pediste que fuese real y tu deseo se cumplió. Soy real, estoy viva gracias a ti y nadie me puede alejar de tu lado, porque soy tuya, te pertenezco, no deseo irme con nadie más — se puso seria, tanto que Sam le creyó lo de no irse.

Ya sé qué está pasando aquí, Kirk vino y vio a la muñeca en mi cama, pensó que la usé y para jugarme una broma, contrató a una actriz o una... O una prostituta, para que se hiciera pasar por la muñeca, debe estar partiéndose de la risa. No sé donde están las cámaras, Kirk, ¡Pero voy a matarte! — Sam estaba gritando a nadie en particular. Kornkamon se acercó a ella y la tomó del rostro.

Mírame, ¿No me reconoces?, soy la muñeca, Kornkamon. Tú me sacaste anoche, me tiraste en la cama y me hiciste el amor, luego te acostaste y pediste que fuese real, que fuese de verdad. Yo te escuché, tienes que reconocerme — Kornkamon la miraba a los ojos.

Sam recorrió la cara de Kornkamon, lentamente, y la reconoció luego de unos minutos.

Oh, por Dios — una vez más, se asustó, separándose de ella. — Vas... Vas a matarme, ¿Eres familia de Chucky, Anabelle, Toy Story? — la cuestionó, con la boca abierta.

No voy a matarte, el propósito de mi creación es complacer a esas personas que están solas y necesitan desahogarse. Como te digo, soy tuya, puedes hacer conmigo lo que quieras, mi deber es complacer todas tus fantasías, TODAS — volvió a abrazarla, pero sin dejar de verla a los ojos. — Te necesito — la besó en la boca. Fue tan solo una leve presión en sus labios, luego Kornkamon se separó de ella.

Te quiero adentro de mí otra vez, te necesito adentro de mí otra vez — Kornkamon bajó su mano, introduciéndola adentro del pijama de Sam para tocar su miembro. — ¿Puedes darme esto? ¿Puedo chuparte esto? — preguntó de forma tan seductora que Sam no aguantó más y se corrió en su bóxer.

Mierda — susurró Sam, cerrando los ojos.

Quiero disfrutar también — la castaña le chupó algunas áreas del cuello a Sam. — Te deseo tanto — susurró en su oído, mordiendo levemente el lóbulo de su oreja. Sam gimió un poco.

¿Por qué estás desnuda? Yo no te deje así — dijo la pelinegra empezando a excitarse otra vez.

Quería estar preparada para ti, pensé que cuando te despertaras me tomarías una y otra, y otra, y otra vez, que no me dejarías salir de tu cama en unos días, que me destrozarías — dijo Kornkamon, sobre sus labios.

Sam no aguantó más y la agarró fuerte de las mejillas, para que sus bocas impactaran en un apasionado beso. No tenía control sobre el beso, ya que hace tan solo unos momentos había dado el primero en su vida, pero el deseo que provocaba Kornkamon en su interior, era demasiado para su poca fuerza de voluntad.

𝐒𝐞𝐱 𝐃𝐨𝐥𝐥 [ +𝟏𝟖 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora