CAPITULO 1: SENTIMIENTOS Y AUTOS CHOCADORES

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Fiama

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Fiama

En diez años de amistad a ninguno se le ocurrió que la solución es llegar temprano a nuestra cafetería habitual, para evitar que nuestros encuentros se redujeran. Pero a nadie le importa tanto.

—Deberíamos cambiar de amigos. —Reflexiona Finn. Terminaba de contarme algo sobre de que un compañero de la universidad insinuó querer tener una relación poliamorosa. Mi amigo respondió con un "por el momento solo me interesan las vaginas y la monogamia." Es gracioso ver como expresa su indignación.

—Podemos hacer un casting para ver si coinciden con nuestras personalidades. —Animo la idea inicial.

—Y luego seleccionamos a diez personas.

—Y hacemos una entrevista.

—Y descartamos a seis.

—Para interrogar a los últimos.

—Y así quedarnos con tres ganadores.

—Tienen que saber a qué casa pertenecen —cuestiono—. Si son de Hufflepuff mejor.

—Los de Slytherin son más interesantes.

—Egocéntricos diría yo.

—Oye, esa es mi casa. —Inquiere ofendido.

—Por eso digo —sonrío divertida—. Ahí vienen —hablo antes de que reproche.

Las tres personas que faltaban para completar nuestro círculo de rituales de cotilleos ingresan al local. Bárbara es la primera en acercarse. Mi amiga es una rubia de una pequeña escala. Es más o menos como Pitufina. Sus ojos grandes y celestes me recuerdan al mar, tranquilo por momentos, tormentoso en algunos casos. Fito es el que le sigue. El chico babea por Barb desde que tengo conocimiento. Es un Ron Weasley pero con el rostro más definido y sin las ojeras características de mi colorado favorito. Alto como un poste y enorme como un jugador de rugby. Siempre recalca que sentir algo por nuestra amiga, sería como una ofensa a nuestra amistad. Pero queda más que claro que es solo su mecanismo de defensa para omitir el hecho de una decepción. Pero soy muy observadora y sé bien, que el sentimiento es mutuo.

El último en llegar es Jan Mitch, mi amigo de la infancia. Diría que con el paso del tiempo cada vez que lo veo el corazón no me galopea como si estuviera en una carrera hípica, pero estaría mintiendo.

Al sentarse frente a mí sus labios se curvan en una leve sonrisa.

Quiero pensar que en el mundo hay un sinfín de personas hermosas, pero en Jan su atractivo es muy marcado y difícilmente podrías pasarlo por alto. Su nariz tiene un perfil ascendente, sus labios son más bien finos, elegantes y simétricos. Posee una mandíbula bien marcada y unos hombros anchos. Recorro su cabello negro y lacio, cada hebra uniforme contrasta la palidez de tu rostro. Por ultimo levanto la mirada a sus ojos; podría describirlo como la ausencia de la luz, de un profundo color negro. Estos me observan con quietud y pienso que nunca me es suficiente mirarlo, siempre necesito un poco más.

DAYLIGHT, FIAMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora