CAPITULO 5: VOMITOS SIN CONTROL

243 62 58
                                    

Aaron

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aaron

—Baila conmigo.

Mi corazón por poco y sale volando de mi pecho cuando Fiama sostuvo mi mano y me condujo hasta donde todos se rosan sus partes sin vergüenza. No tengo idea de que me sucede con esta chica y la manera en que pierdo el control que vengo manejando hace años, me resulta preocupante. Pero no lo puedo evitar. Desde el primer día en que mis ojos se posaron en ella, sentí una imperiosa necesidad de mantenerla cerca a toda costa.

Ahora en vista de sus amigos y de la persona que tiene su corazón por completo, me pide que prácticamente la manosee.

Soy muy consciente de que en parte es mi culpa. El haberle propuesto mi ayuda fue más bien un impulso de desesperación.

Ansío pasar más tiempo con ella.

Y cuando aceptó mi loca idea, caí en cuenta de mi error, pero para entonces ya era demasiado tarde.

— ¿Aaron? —Susurra muy cerca de mi rostro.

Contrólate. No seas un puto degenerado.

—No bailo Fiama.

Dangerous Woman comienza a sonar por los parlantes.

Ella me lanza una sonrisa socarrona.

A continuación sostiene mis manos y las sitúa en la parte trasera de su cintura.

Necesito recitar un padre nuestro.

Cuando mis manos reciben a gusto su cuerpo, toda la sangre que poseo se desliza por mis palmas ardiendo con fuerza.

Davies me mira con una intensidad desarmable.

He descubierto que su característico es su mirada. No necesita hablar para transmitir lo que siente o piensa.

Cuando acomoda sus brazos alrededor de mi cuello y me acerca al punto de rozar nuestras narices, vuelve a sonreír. Es bastante juguetona. No estoy seguro de si por el alcohol o porque en verdad su personalidad ya es de esta manera.

Me exijo respirar porque su cercanía es lo que me genera la urgencia de mandar todo al carajo y aprisionarla con ímpetu.

—Sigue mi ritmo. —Anuncia después de un rato.

Sin lugar a dudas es una mujer peligrosa. Pero aún desconoce del poder que posee.

Iniciamos un movimiento lento y sinuoso en donde intento mantener mis manos en donde ella lo dejó.

Al final decido que la tortura es demasiado y desisto.

— ¿Puedo? —Doy a entender de tocarla más allá.

Fiama asiente sin prisa.

Trago con fuerza.

Mientras que una mano se mantiene en su cintura, la otra asciende hasta su cuello. Por debajo de su cabello largo y castaño, hago una pequeña presión. Por impulso ella entreabre un poco la boca, lo que ocasiona que me muerda la lengua para no sonreír.

DAYLIGHT, FIAMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora