CAPITULO 18: NADIE PUEDE

85 9 2
                                    

Jan

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jan

—Oye, mira quien está ahí.

— ¿Están saliendo?

—Que afortunada.

Elegí un mal lugar para echarme una siesta. Es que hay personas que viven por y para el chisme, joder.

Me levanto muy a mí pesar de mi cama improvisada. Bien, también soy el culpable por intentar dormir debajo de un árbol, pero en mi defensa la brisa del mediodía me relaja. No he dormido más de cuatros horas seguidas por día en estas últimas semanas y últimamente la única manera de recuperar el sueño es de esta manera.

— ¿Pueden cerrar el hocico un rato? —Pido a los que parecen ser algunos de mis compañeros de clase.

Las tres cabezas se giran al mismo tiempo para encararme, pero al darse cuenta de que soy una cara conocida para ellos, solo sonríen. En especial Sabrina, una chica de primer año que ha estado detrás de mí desde que inició el curso.

—Oh, Jan no sabía que estabas aquí. —Se sorprende uno de ellos.

—Oye Mitch —creo que su nombre era... no recuerdo—, ¿esa no es tu amiga?

Me levanto un poco más para mirar en la dirección donde apunta. El estacionamiento. Y si, es Fiama. Con White.

—Si —admito—, es ella.

— ¿Sale con Aaron White? —Interroga el chico.

—No.

Joder, no me preguntes a mi idiota. No estoy al tanto de la vida amorosa de ella desde hace bastante tiempo. Y aunque yo me lo busqué, la frustración por no saberlo me perturba.

— ¿Y por qué se estaban besando? —Esta vez se interesa la otra chica.

Me encojo de hombros como si me importara un carajo, cuando es todo lo contrario.

—Puedes acercarte y quitarte las dudas. —Mi tono brusco los hace incomodar y regresando a sus propios asuntos.

Ni siquiera sabía que el tipo era tan famoso.

Intento volver a recostarme, pero no puedo dejar de observar cómo Fiama habla ahora muy pegajosa al rubio. Cuando por fin creo que voy a ceder e intentar conciliar el sueño, ella le saluda con un pequeño beso. En los labios.

Un sabor amargo que se instala en mi garganta me provoca ganas de vomitar.

Sabía que este día llegaría, tuve tantos avisos, pero no hice caso a ninguno. Y ahora la persona que más quiero, ya tiene a otro.

Mierda, cuanto habrán avanzado. ¿Será muy íntima su relación? O tal vez todo es inocente.

Carajo, creo que si voy a vomitar. El solo hecho de imaginarla con él, de que sus manos recorran su cuerpo, de que se entregue a ese tipo por completo me tortura como nunca nada lo ha hecho.

DAYLIGHT, FIAMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora