DAYLIGHT, FIAMA

CAPITULO 4: ¿QUÉ PODRÍA SALIR MAL?

Aaron

—Aaron.

—Fiama.

— ¿Qué haces aquí? —No sé quién se encuentra más sorprendido.

— ¿Tu qué haces aquí? —Le devuelvo la pregunta.

—Es el departamento de amigo.

La vida por momentos me parece un poco curiosa.

Ella es amiga de Finn. Noah muere por Finn. Y yo soy hermano de Noah.

Muy curioso.

—Hola. —Habla mi hermana deshaciendo nuestro pequeño momento.

— ¡Hola! —Fiama se apresura a levantar su mano—Debes ser Noah. Finn me habló mucho de ti.

— ¿En verdad? —Esta se aclara la garganta avergonzada—Sí, soy Noah. Un gusto Fiama.

Y luego silencio. No me pasa desapercibido como Davies intenta con todas sus fuerzas no mirarme.

—Que tonta —dice después—. Pasen, los chicos están al fondo del pasillo.

Ingresamos pero dejo que Noah se adelante.

Me doy la vuelta para informarme de que la chica de ojos color miel, luego de cerrar la puerta se recuesta sobre ella.

Sonríe con diversión.

—Creí que nunca te volvería a ver. —Anuncia.

—Pensé lo mismo. — Me recuesto relajadamente en la pared izquierda del pasillo, mientras dejo las manos descansar en los bolsillos de mi pantalón.

Claramente no voy a demostrar que volverla a ver me puso nervioso.

Intentar parecer genial es la mejor opción.

Ella se desplaza hacia la pared contraria, situándonos uno frente al otro.

Y la observo detenidamente.

J o d e r.

Es preciosa.

Los días anteriores no la miré con atención. Pero ahora lo hago.

Ese diminuto vestido negro se cierne en su cuerpo dejando a relucir sus curvas y una piel blanca, brillante...

— ¿Terminaste?

Levanto la mirada encontrándome con una sonrisa burlona.

—Apenas inicio —admito sin vergüenza alguna—, no me dejaste ir más allá.

—Que desubicado. —Igual sonríe.

— ¡Fiama! —Grita uno de sus amigos a la distancia.

Sin embargo, no nos movemos. Nos contemplamos en silencio, como si estuviéramos encapsulados en una burbuja invisible.