¿Y sí...? ¿y sí Sirius no hubiera sido acusado de matar a Lily y James Potter, si no el verdadero culpable? ¿y sí Remus y Sirius se hubieran quedado al cuidado de Harry en vez de sus tios, los Dursley? ¿que habria pasado si todo lo anterior fuera ve...
Treinta y uno de julio, ni Remus ni Sirius ni nadie se había enterado del tiempo que pasó tan rápido; harry cumplía dos años.
Los dos adultos, qué estaban durmiendo abrazados muy comodamente, fueron despertados por las risas provenientes del cuarto del cumpleañero.
- Parece que ya se despertó - Dijo Remus con un bostezo - Creo que sabe qué día es.
Sirius abre lentamente sus ojos con una inocente sonrisa.
- Tal vez se acuerda del año pasado.
- Si, es posible.
- ¿No podemos quedarnos aquí un rato más? - Preguntó Sirius con la cara en la almohada.
- ¡Remu, Sirus!
- Creo que no - acarició el pelo de su novio y se levantó, segundos después, Sirius copió la acción.
Llegaron al cuarto del pequeño Potter y vieron que estaba saltando en su cuna, aunque apenas aprendió a caminar hace un par de meses, casi que ya sabía hacer botes.
Le sacaron de la cuna y bajaron las escaleras para después entrar a la sala, donde también estaba la cocina. Lo sentaron en su sillita especial y empezaron a hacer su desayuno favorito: pancakes (obviamente cortado en trozos adecuados para que se los pudiera comer). Mientras todos disfrutaban de sus desayunos llegaron dos lechuzas, una grande, elegante, con un suave y ordenado pelaje: claramente del ministerio. Y la otra por otro lado era... Era... Estaba un poco... Para resumir, la otra lechuza era de los Weasley. Remus se puso de pie para abrir la ventana y coger las dos cartas que las aves le ofrecían. Volvió a la mesa y le entregó a Sirius la carta del ministerio mientras el leía la de los Weasley. La nota no era muy larga, al igual que la que le enviaron a Sirius.
Queridos Remus, Sirius y Harry,
Ya que hoy es el cumpleaños de Harry, queriamos invitarlos a una pequeña celebración que hemos planeado para él.
Si desean venir, estaremos listos a la una y media de la tarde.
Con cariño,
Molly y Arthur.
Pd: Ron le manda saludos a Harry.
Cuando terminó de leer, se giró hacia Harry para darle la nota de Ron, el pequeño sonrió felizmente. Al voltear para mirar a su novio ve que este acaba de terminar de leer la carta y deja caer su cara en la mesa.
- ¿Scrimgeour?
- Si - Responde con enojo, Sirius.
- Que molesto. Lo odio.
- Y yo más - Dice para después soltar una risa y levantarse - Ya vengo.
Remus y Harry ya había terminado de comer para cuando Sirius bajo con un pergamino. Lo puso sobre la mesa y fue a por una cuerda para poder atarle el mensaje a la lechuza. Remus echo un vistazo a la nota escrita con la divina y perfecta caligrafía de Sirius:
Scrimgeour,
Hoy no puedo ir, es el cumpleaños de mi ahijado y voy a pasar el día con mi familia.
Sirius.
Remus sonrió con cariño a Sirius mientras este enrollaba la nota y la dejaba ir con la elegante ave.
- Te amo, Sirius.
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Estaban vestidos de manera muy informal, después de todo no es como si fueran a ir a una alfombra roja o algo por el estilo.
Al llegar a la madriguera, fueron recibidos cariñosamente por Molly y Arthur (como siempre).
Dejaron a Harry jugando con Ron y los gemelos y se fueron al comedor para terminar de ayudar a arreglar algunas pequeñas cosas que les faltaban.
Cuando terminaron, llamaron y trajeron a todos para cantarle a Harry el feliz cumpleaños y comer pastel, no sin antes una foto con la vieja camara de Sirius. Cuando vieron la foto tomada, no pudieron evitar pensar en viejos tiempos, cuando esa camara solo tomaba fotos a momentos locos de los merodeadores.
Fueron llamados desde la sala, para que se acomodaran, lo que los sacó de su trance.
El resto de la tarde se la pasaron riendo y disfrutando de ese dia especial.
Mas o menos hacia las ocho u ocho y media de la noche (cuando Harry se estaba cansando) se decidieron ir. Se despidieron de la misma manera que cuando llegaron y prometieron volverse a ver para que Harry pueda jugar más con Ron.
Cuando llegaron a la casa todo estaba bien y tranquilo, para cuando pisaron el segundo piso, Harry ya se habia dormido en los brazos de Sirius. Lo dejaron en su habitación y lo arroparon para después volver a bajar para tomarse un último café y té para irse a dormir. Al sentarse en el sofá para disfrutar de sus bebidas se dieron cuenta de la existencia de un sobre que no había estado ni cuando se fueron ni cuando regresaron. Sirius lo cogio con fatiga y pereza, pensando que era otra carta de su jefe.
- ¿Narcissa? - Preguntó con duda el peli negro.
- ¿Narcissa? - Cuestionó con aún más duda el licantropo.
Sirius abrió la carta cuidadosamente y comenzo a leer.
Sirius,
Necesito hablar contigo mañana por la tarde, en el parque Hyde. Si quieres trae a Harry, pero Lupin no puede ir.
Narcissa.
La nota era muy corta, Remus la leyó por el rabillo del ojo y no hizo ninguna pregunta aunque tuviera miles.
- ¿Crees que deba...?
- Por supuesto, se ve que es importante.
Sirius suspira y recuesta su cabeza en el hombro de su Moony. Hablan de cosas diversas, un poco de la carta, otro poco del trabajo, otro poco de viejos tiempos. Sin siquiera darse cuenta, ambos se duermen comodamente abrazados. Ahora es hora de dormir, ya pensaran sobre qué quiere Narcissa.