VUELTAS Y MÁS VUELTAS

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Un doce de enero de 1982, Sirius se levantó temprano (algo raro en él, ya que prefiere quedarse dormido toda la mañana y sin hacer absolutamente nada). Harry no estaba despierto aún, así que dejó que durmiera. Lo raro, era que Remus no estaba ahí tampoco. Busco por toda la casa, pero no, su amado hombre no estaba por ningún lado. Terminó yendo a la cocina para prepararse algo y en eso se encuentra una breve nota en el comedor con la caligrafía de Remus.

Querido Sirius,

fui a visitar a Grant (el amigo con el que vivía hasta hace unos meses), para hablar un rato. No me esperes, no creo llegar temprano, generalmente nuestras conversaciones se terminan alargando hasta que tomamos conciencia de la hora.

Con mucho amor,

Remus ♡

Sirius sonrío para sí mismo por el pequeño corazón que Remus había hecho al lado de su nombre. Está bien, no le molestaba quedarse solo, ya pensaría en algo que hacer con Harry, Pero ahora, el desayuno. Empezó a preparar unos pancakes de banano, sabía que eran los favoritos de Harry, y al terminar, fue a despertarlo. Ya en la mesa con todo servido y comiendo, Harry le preguntó a Sirius el porqué de la falta de Remus.

- ¿Y Remu? - Preguntó el pequeño.

- Esta con un amigo, va a llegar tarde - hubo un pequeño silencio - ¿y sabes que estaba pasando?

- No.

- Podríamos planearle una cita.

- ¿qué es eso?

- Una cita es cuando dos personas que se quieren van solos a un lugar.

- Ah, ¡Shi! ¡Le va a gustar!

Sirius le sonrío y terminaron de comer tranquilamente, y después de arreglarse (Harry vestía unos jeans azul claro con una camiseta blanca y un suéter rojo conjunto con unos zapatos (Sirius decidió que era una buena idea taparle la cicatriz con maquillaje para que no lo reconocieran). Sirius tenía una camiseta roja con unos pantalones negros, su chaqueta de cuero y sus botas negras de siempre) partieron hacia el callejón diagon. Se fueron caminando, pues no quedaba muy lejos, solo eran unas ocho cuadras hasta llegar a el caldero chorreante. Sirius lo tenía todo muy claro; sería una cita acampando, algo así como las vacaciones del setenta y siete pero esta vez solo una noche, sería el sábado diez y seis y Harry se quedaría con los Weasley. Sencillo ¿no? sólo tenía que comprar todo y listo. Al llegar a la tienda de cosas de acampar, Sirius se palmó el bolsillo trasero de su pantalón para ver cuánto dinero tenía, pero cuando metió la mano se dio cuenta de que había dejado el dinero en la mesa del comedor.

- Mierda... Mala noticia Harry, tenemos que volver.

- ¿Po qué?

- Se me olvidó el dinero en casa.

Harry golpeó su frente con su pequeña mano mientras sacudía su cabeza de derecha a izquierda. Sirius le sonrío avergonzado y caminaron de vuelta a la casa. Harry no tenía que hacer mucho esfuerzo, pues Sirius lo llevaba en sus brazos o en sus hombros. Al llegar abrió la puerta (menos mal que las llaves no se olvidaron) y visualizó las tantas monedas encima de la mesa, las cogió y las metió en su bolsillo.

- ¿Ahora sí? - preguntó Harry.

- Sí, ya estamos listos para ir... otra vez.

Salieron de la casa un poco más rápido que la vez pasada y volvieron a cruzar las mismas calles y a atravesar las mismas ocho cuadras. Al llegar por segunda vez en el día al caldero chorreante y pasar la pared de ladrillos que daba la entrada al callejón diagon, fueron otra vez a la tienda de cosas de acampar.

¿Y SI? (wolfstar y drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora