ENCUENTROS Y REENCUENTROS

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Justo unos días antes del cumpleaños de Remus, Sirius decidió empezar a hacer su regalo, sí, seria un regalo hecho a mano. Decidió hacerlo así por dos razones: la primera, porque queria hacer algo más significativo, más sentimental, más especial. Y la segunda, era porque creía que sería una buena idea enseñarle a Harry que el amor no se basa en dinero o en el precio de las cosas. Sabía bien lo que quería hacer, por lo que, justo después de que la puerta principal se cerrara temprano en la mañana, indicando la partida de Remus, Sirius se levantó y alistó para salir también. Claramente se llevó a Harry con él, no podía dejarlo solo, además ¿cómo podría darle su valiosa enseñanza si no estaba ahí con él?

- ¿A dónde vamos, Sirus? - Preguntó Harry sobre los hombros del mayor.

- A Hogwarts - Sirius respondió, ya había hablado con Dumbledore anteriormente, le contó su plan y él accedió con gusto, diciendole también que, al final de su recorrido, pasara por su oficina. Sinceramente, Sirius ya sabía que esperarse de ese viejo.

- ¿Qué es ho- howars?

- Es un colegio, de magia, allí estudiamos Remus y yo, y también tus papás. Allí estudiarás tu también.

- ¿Y allí aprenderé a hacher las figuritas de lush que tu y Remu hacen cuando no puedo domir?

- Allí mismo Harry.

Sirius no podía aparecer, no con Harry, Remus lo mataría, por lo que su solución, que no era una que Remus permitiría de mejor manera, era su moto. A Harry parecía gustarle mucho, el viento sobre su cara y la altura que los separaba del suelo, algo muy diferente a lo que hace Remus, que, recuerda Sirius, siempre abraza tan fuerte al pelinegro que lo deja sin aire. Harry será un gran jugador de Quidditch.

Una vez llegaron, fueron directamente a la estación del expreso de Hogwarts, deteniéndose en la entrada y subiendo una vez más, buscando su clasico vagon de siempre. Sirius sacó de su bolso una cámara muggle de fotos instantáneas y tomó la foto. Sacó un pequeño cuaderno de no tantas páginas y pegó la imagen en una de las primeras hojas, dejando una inscripción al lado con su perfecta caligrafía cursiva: la première fois que nous nous sommes connus. Tachó "el expreso de Hogwarts" de una lista llena de lugares con momentos especiales para ambos. Siguiendo con la lista, se desplazó hacia el gran comedor, sin antes colgarse la cámara alrededor de su cuello y guardar las cosas restante, colocó a Harry sobre sus hombros y continuó caminando, tenía que aprovechar que los estudiantes estaban en clases. Hizo lo mismo que hizo con el expreso y junto a la foto puso: Où notre destin a été établi. Siguió con la lista tachando más lugares y poniéndoles inscripciones en francés, en el momento que eliminó el último lugar y estaba a punto de salir, recordó que Dumbledore le había pedido hablar con él, por lo que dió media vuelta y emprendió su camino hacia la oficina del director.

Iba caminando tranquilamente por los pasillos, casi llegando a su objetivo cuando escuchó que las puertas de los salones se abrían y salían todos los estudiantes. Sirius no tuvo en cuenta el horario de salida de clases de los ahora estudiantes, simplemente, se le había olvidado por completo revisar, razón por la cual ahora está caminando en un mar de alumnos chismosos, susurrando y lanzándoles miradas. Harry se estaba quedando dormido en su hombro por lo que no le dio importancia a nada de eso siempre y cuando no despertaran al pequeño Potter.

Al llegar a la gran estatua de la gárgola de piedra para poder entrar a la oficina del director, se dio cuenta que no tenía idea de la contraseña para poder entrar.

- Black - Mencionó alguien que no había escuchado hace mucho tiempo - ¿Que trae la gran desgracia de que estés aqui?

- Snape - Sirius realmente no sabe cómo se le olvidó que snivellius trabajaba en Hogwarts desde hace ya un tiempo - ¿Por qué no metes tu gran nariz en tus propios asuntos?

¿Y SI? (wolfstar y drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora