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¡PERDÓN POR NO ESTAR SUBIENDO CAPS GENTE!

Bill suspiró ante las palabras de Hailey, ella ni siquiera lo miraba a los ojos, su vista estaba fija en su taza de café y un silencio se apoderó de la habitación, pero ese silencio duró poco al escuchar algo caer, ambos se giraron hacia la dirección del sonido y vieron a Heather, sus ojos abiertos como platos al igual que su boca, su bolso estaba caído en el suelo. El terror se asomaba por los ojos de Hailey, tenía miedo, miedo de que la hubiera escuchado, miedo de que le contara a Heidi sobre lo sucedido, miedo de volver a ese día, cuando la encontró teniendo relaciones con Tom, tenía miedo de que su hermana mayor se enojara con ella —¿Cuando llegaste Heather? ¿Desde cuando has estado escuchando nuestra conversación?— los nervios se notaban en la voz de Hailey. Las palabras salían torpes de sus labios, no sabía que hacer. Dejó a un lado su taza de café y miró a su hermana directo a los ojos —Desde que dijiste que tuviste sexo con Tom...— Heather bajó la mirada, se dio media vuelta y cerró la puerta, se acercó a paso lento al sofá y tomó asiento al lado de Bill, miró a su hermana a los ojos —Hailey...— Heather intentó hablar pero Hailey rápidamente la interrumpió —¡Sé que estuve mal Heather, lo sé, lo reconozco!— su tono de voz era alto y poco a poco comenzaba a cortarse y sus lágrimas, sus lágrimas aparecieron, salían desesperadas por sus ojos. Observó sus manos y elevó la mirada hacia su cuñado, Bill la miraba con preocupación y tristeza, giró su rostro y observó a Heather, su vista era fría y firme, sus ojos negros estaban aún más oscuros que siempre, Heather estaba decepcionada  —¡No quiero escuchar tu discurso Heather! ¡Sé lo mal que estuve y lo estúpida que fui! Y dios...¡Cuánto deseo sentirme culpable y triste, pero no lo estoy Heather, así que no quiero escuchar ningún discurso diciendo lo mal que estuve y lo decepcionada que estás de mí!— Hailey suspiró y continuó hablando —Y te recuerdo Heather...¡Tú le fuiste infiel a Bill en su momento y yo nunca te he dicho lo mal y decepcionada que me había sentido!— los ojos de Heather se abrieron levemente —¡Hailey! Cállate de una vez, por favor. ¡Tu sabes por el mal momento que estaba pasando en mi relación con Bill, Hailey!— Bill, se puso de pie y comenzó a caminar a paso lento hacia la habitación de Heather —¡¿Y eso qué Heather!? ¡Le fuiste infiel!— las lágrimas de Hailey salían aún más desesperadas, mientras que Heather se mantenía firme en su postura, sus ojos miraban a los de su hermana; sus ojos no transmitían absolutamente nada —¡Hailey, entiende algo, fuiste una estúpida, estás casada, casada, con Nathan no con Tom, entiende!— el pecho de Hailey se hundió al escuchar a su hermana llamarla estúpida, sabía que Heather estaba siendo cien porciento sincera con ella y por eso le dolían sus palabras, le dolían como a nada —¡Cuánto hubiese deseado que papá te hubiese apuñalado a ti!— Hailey tapó su boca con ambas manos al decir eso, no había pensado antes de decirlo, no lo había hecho y pudo observar como gotas se asomaban por los ojos de su hermana —Heather, lo siento...Yo...— la nombrada suspiró pesadamente —¡Tu nada, Hailey! ¡Vete de mi casa, ahora!— la rubia sin dudarlo tomó sus cosas y se dirigió a la puerta con lágrimas en sus ojos, la abrió  salió por esta sin mirar atrás, cerró la puerta detrás de ella. Heather bajó su mirada y se puso de pie, caminó hacia su cuarto y vio a Bill, este estaba recostado con su celular, al verla entrar le dedicó una sonrisa triste y le hizo señas golpeando levemente su hombro para que ella se recostara a su lado, Heather caminó, se sacó sus zapatos y todo lo que llevaba puesto menos su camiseta, se recostó al lado de Bill y colocó su cabeza sobre su hombro —¿Quieres hablar?— preguntó Bill en un susurro, la pelinegra se limitó a negar con su cabeza. Los brazos de Heather rodearon el abdomen de Bill, su rostro se encontraba sobre el pecho de este y de pronto, Bill, comenzó a sentir su camiseta, cada vez más mojada. Dejó su teléfono de lado y la abrazo mientras susurraba —Tranquila cielo...Tranquila, todo va a estar bien. Sé lo mucho que amas a tu hermana y que la quieres cuidar, pero Hailey ya no es una niña y sabe lo que hace...— Heather se quedó en silencio pocos segundos antes de decir de vuelta —Ella dijo que deseaba que papá me hubiese apuñalado a mi...Aún sabiendo que fui la única que casi no dormía y casi no comía por estar con ella...Por preocuparme por ella— la pelinegra se aferró más al cuerpo de su chico —Lo dijo sin pensarlo cielo...Tu sabes que Hailey siempre que está nerviosa dice cosas de las que luego se arrepiente...Tu lo sabes más que nadie— un suspiro salió de los labios de Heather, elevó su rostro para mirar a Bill, este colocó una de sus manos en la mejilla de la pelinegra mientras sonreía y pasaba su pulgar sobre el pómulo de Heather, intentando secar algunas lágrimas. Los minutos pasaron y las lágrimas de Heather pararon, Bill se tranquilizó y decidió abrazarla más fuerte y hacerle caricias en su cabello y rostro para mantenerla calmada y tranquila.

Bill odiaba ver a Heather llorar, le partía el alma, se la partía en mil pedazos...

(. . .)

Los días pasaban y las hermanas no se hablaban, Heather sentía que era muy inmaduro lo que hacían, ¡Y claro que lo era! Eran adultas y debían resolver sus problemas como tal. Así que Heather decidió ir caminando hacia la casa de Hailey para intentar hablar con ella. Mientras caminaba, memorizaba en su cabeza todo lo que tenía pensado decirle. Su mirada se encontraba dirigida al suelo, viendo sus pies moverse en las calles. Caminaba tranquila hasta que se chocó con alguien, elevó su mirada —Oh, lo siento no te había...¿Hailey?—

In The Sunshine - Bill KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora