"Cuando dejes de ser inútil, diré que eres mi hermana menor."
Las palabras de su hermano mayor marcaron algo en ella, ahora teniendo un meta para poder ser reconocida por sus dos hermanos mayores se adentra en el mundo de fútbol para ser la mejo...
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"La salvación y mis demonios."
Le cuesta respirar mientras su cabeza juega una y otra vez con ella, llevo sus manos hacia su cabeza jalando sus cabellos, la silueta de Sae aparece en todos lados, su locura la está matando.
Kaiser se acerca a ella con una sonrisa mientras ella se mantiene paralizada, sin embargo, alguien logra sobrepasar a Kaiser al acercarse a ella.
Ella parece estar pérdida, sus orbes parecen haber entrado en turbulencia mientras su mente provoca alucinaciones que la vuelven loca, unas asperas y grandes manos toman su hombro de forma brusca.
Ella se voltea, sus ojos se abren aun más llenos de sorpresa, una de sus manos acaricia la cabeza de Akari en mero silencio.
⸻Kuni...gami. ⸻ Susurró ella, mirándolo a los ojos.
⸻No estás sola. Él no es el único que está para ti, hay muchos dispuestos a salvarte.⸻ Dijo Kunigami mientras desviaba su mirada.
⸻Pero...yo...yo
⸻Incluso si hay gente dispuesta a salvarte, tú misma puedes hacerlo. Eres más que esto, toma un tiempo para pensar.
Dicho esto, Kunigami siguió su camino para tomar agua, ella recobró su postura mientras lo miraba irse, dio un paso hacia adelante con intenciones de seguirlo, suplicarle por ayuda.
Extendió su mano hacia el pelinaranja pero la mano de Kaiser se atraviesa, entrelazando sus dedos.
⸻¿Qué te dijo ese imbécil? ⸻Preguntó el alemán.
Ella lo miró durante unos segundos, sintiéndose intimidada ante su fría mirada, ella cerró sus ojos mientras volteaba su cara.
⸻No me dijo nada. ⸻ Respondió mientras trataba de soltarse.
⸻Yo no ví eso, cariño. ⸻ Susurró el pelirubio.
Ella apretó sus labios mientras la suave mano de Kaiser acaricia su mejilla mirando con burla a Kunigami.
Su cabeza vuelve a jugar, susurrandole cosas que dentro suyo, sabe que es cierto. Que es una debilucha jugando entre gente más fuerte que ella.
Cerró sus ojos mientras intentaba ahogar sus lágrimas. No había nadie a su alrededor.
La única persona que puede sacarla de su sufrimiento, es ella misma.
Sabe que si tan solo espera a ser salvada, Kaiser podrá tenerla a su merced, hacer lo que quiera con ella una vez más, en la mirada de Kaiser está reflejada...ella, no está Sae.
