Capítulo VII- Kingsroad

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A la mañana siguiente Sasha se despertó con un vacío a lado de su cama, Ser Vardis no encontraba a su lado, ya que se había levantado antes y se había ido sin hacer ningún sonido. Sasha estaba desanimada. A pesar de haber pasado la noche junto a quien consideraba el amor de su vida, estaba triste porque sabía que era la última vez que estarían juntos. La próxima vez en la que se verían ella sería la reina y él solo un simple guardia. 

Sasha se levantó de la cama y se preparó para partir hacia la capital que es donde se casaría con el hijo del Rey Robert, el Príncipe Joffrey Baratheon. Estaba muy nerviosa por su nuevo destino. No era lo que hubiese querido, pero era su deber. Si bien no conocía a su tío Ned Stark y a sus primas Sansa y Arya, al menos sabía que estaban ahí y tendría familia a la que podría conocer y tal vez sentirse apoyada. Su madre le prometió de igual manera que su gran amigo Petyr Baelish la cuidaría como su hija.  

Sasha se negaba a dejar su hogar, pero eran más fuertes sus sentimientos por Vardis que fue capaz de sacrificar eso, con tal de que no le hiciera daño su madre. Amaba a ese hombre más que nada en el mundo que había sido capaz de sacrificar su felicidad por él.

Se levantó de la cama y se acercó a su peinador. Se sentó en la silla y observó su rostro. Sonrió falsamente tratando de animarse, pero pronto su sonrisa se borró. La puerta se abrió asustándola. Eran sus sirvientas acompañadas de Mya Stone que habían entrado para prepararla.  La dama le sonrió a su amiga quien puso sus manos en sus hombros abrazándola. Ambas se veían en el espejo nerviosas por la nueva vida que pronto llevarían. Esperaban que su vida fuera buena pero también sabían que la fortaleza roja y la capital eran uno de los lugares más peligrosos de todo el reino. 

Sus sirvientas peinaron su hermoso cabello negro dejándolo suelto. Se puso un vestido azul y blanco como los colores del emblema de su casa. Se levantó y se vio una vez más en el espejo. A pesar de sentirse como una hermosa princesa, sabía que iba a ir rumbo a lo que sería su prisión. Un lugar donde no iba a tener ninguna libertad. Atada a un hombre al que repudia y jamás podrá amar. 

-Ya es hora mi Lady- dijo Mya con nostalgia. Ella también iba a extrañar la vida en las montañas. 

Sasha sonrió y le dio un último vistazo a su cuarto. Su hermoso cuarto que la había acompañado desde niña.  Tantos recuerdos había ahí, cuanta felicidad y tristeza. Un nudo en su garganta se formó. Sus ojos rápidamente se empezaron a humedecer exigiendo sus lágrimas salir, pero ella con mucho esfuerzo las contuvo.  Sus sirvientas y Mya lo notaron, pero no dijeron nada. 

Salió de su habitación acompañada de las chicas. Pasó por los mágicos pasillos que la habían visto crecer. Esos pasillos por los que corría y jugaba a las escondidas con los demás niños. Los enormes muros de roca blancos, los pilares que adornaban, las enormes ventanas que dejaban ver lo hermoso que era el paisaje.  Cada paso que daba se convertía más difícil, ella no quería deja ese lugar. El nudo y las lágrimas eran cada vez más complicadas de contener. En el camino ya había derramado un par de ellas.   Después de caminar por los enormes pasillos llegó al enorme patio donde ya estaban esperándola soldados, nobles y sirvientes de la fortaleza. Su madre y su hermano ya estaban ahí. Sasha buscó con la mirada a Ser Vardis, quería verlo una última vez antes de partir, pero no lo podía encontrar. 

Sasha se acercó a su madre con pasos lentos. Los nervios la estaban volviendo loca. 

-Madre, aunque no lo creas te voy a extrañar- dijo con voz fría - me hubiera gustado que nuestros últimos momentos juntas hubieran sido más amenos. Cuida al pequeño Robert, quiero que sea un gran Lord respetado por todos. - le sonrió y le dio un abrazo fuerte. 

-hija que los siete te bendigan y te protejan en tu viaje- dijo Lysa con una voz de arrepentimiento. - La próxima vez que te vea serás la reina.

-Gracias, madre- dijo sin emoción.

LittleBird (Game of Thrones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora