LittleBird (Game of Thrones)

Capítulo XIII- Fuga de lobos

NED STARK

Las puertas del salón del trono estaban extendidas para recibir a todos los invitados del banquete. Las mesas a los costados estaban ocupadas por los miembros de la corte. Delante del trono se encontraba la mesa principal ocupada en sus extremos por la familia del Rey, la reina madre Cersei y sus hijos, en el otro extremo Lord Petyr Baelish, Nestor Royce. A la mitad de la mesa se encontraban dos asientos vacíos, que serían ocupados por la nueva pareja.

 Risas y felicidad detonaban en el recinto, pero no para todos, en la mesa del rincón se encontraba un débil Ned Stark quien desconocía cuál sería su destino al pasar la boda. Cuando fue liberado había sido llevado a una habitación para hacerlo ver presentable. Rebajaron su barba y lo bañaron, le cambiaron la ropa y lo perfumaron. Le habían dicho que había sido liberado por órdenes del rey, en su interior sentía que Sasha había tenido que ver en esa decisión. Le alegraba poder estar en una celebración a lado de su hija Sansa, sabía que Arya estaba desaparecida porque Varys disfrazado como carcelero había ido a visitarlo y le comentó. 

El salón se quedó en silencio cuando el mayordomo anunció la entrada de los novios. Sasha parecía tan feliz a los ojos de Ned Stark, era tan raro y le parecía tan falso. Sasha ondeaba un ramo con felicidad y sonriendo.  "¿Está fingiendo?" pensó Ned.  

—Se ve tan feliz — dijo Sansa a su padre. Ned la observó. Su hija tenía una expresión de tristeza. 

—Pronto te casarás querida hija, después de esto volveremos a Winterfell y podrás buscar un buen lord norteño— dijo Ned sonriéndole a su hija, ella le regresó la sonrisa. Él no estaba seguro de nada.  Temía ser regresado a esa oscuridad ahora que sabía que su hijo había iniciado una lucha por él. Sabía que estar en cautiverio lo hacía más valioso para sus captores. Sería muy difícil que después de eso le dieran su libertad, pero de algo estaba seguro y era que no quería que Sansa resultara una víctima de todo esto. 

Sasha y Joffrey fueron acompañados por la guardia real hasta sus asientos. La reina madre Cersei se levantó de su silla y abrazó a su hijo y nuera. Los pequeños hijos de Cersei abrazaron a ambos. Las sonrisas de la pareja eran tan brillantes que parecía un cuento de hadas. Lord Baelish y Nestor Royce volvieron a felicitar a la pareja dándoles un abrazo a cada uno. Ambos se sentaron después de los saludos.  

Ned sentía las miradas de varios señores con desprecio, otros lo miraban con compasión. "¿En qué momento dejé de ser un respetado Señor?" pensó.  En otra circunstancia habría tomado su espada y a sus hombres para irse, pero ya no le quedaba ninguno y su espada fue confiscada. Su mirada se dirigió a Lord Baelish, el hombre que lo había traicionado. Ned sentía como le hervía la sangre, apretó sus nudillos conteniendo la ira. La mirada de Sansa estaba perdida en Joffrey y Sasha. 

El Rey levantó su copa con vino tinto de Dorne. 

—Quiero brindar por mi esposa y nueva reina —le tomó la mano a Sasha. — Sasha Arryn — 

Todo el salón gritó el nombre de la nueva reina al igual que el de Joffrey. Sasha sonreía y brindó con su nuevo esposo.  El rey se tomó toda la copa de un solo trago. Una vez sentado de nuevo volvió a servirse. Ned Stark en el rincón bebió de su copa y brindó con Sansa. Así el banquete dio por iniciado. 

La comida había sido servida en orden, primero la mesa principal hasta las últimas del rincón donde se encontraba Ned y su hija. Ellos veían a Sasha y Joffrey degustar sus alimentos y de vez en cuando se veían juguetones. Ned se sentía asqueado de esa situación ¿Ese era el precio de su libertad? ¿El sufrimiento de la nueva reina? Debía salir esa misma noche junto con su hija cuando todos estuvieran distraídos. La guardia real estaba más atenta en proteger el rey que en cuidar a su prisionero.  La entrada del banquete a tres tiempos llegó a su mesa. Eran unas tostadas de tomate con jamón que a Ned le supieron a gloria. Extrañaba la comida bien hecha y no las porquerías que le daban en su confinamiento. Terminó su comida muy rápido, el estar encerrado le había provocado esa costumbre. Sansa lo miró preocupada.