Capitulo XIV- Sentencia de muerte

101 6 0
                                    

Una semana había pasado desde la recaptura de Ned Stark. Sasha Arryn y su esposo, el rey Joffrey Baratheon, habían compartido el lecho durante esos días. Había cumplido con su deber de esposa que en comparativa a la primera noche habían sido más placenteras. Cuando terminaban solo se escuchaban sus respiraciones agitadas y no se dirigían la palabra. El olor a sexo impregnaba la habitación con una mezcla de velas aromáticas de pino que el rey había comprado especialmente para Sasha. Ese olor le recordaba a su hogar en las montañas, cerraba los ojos y ese olor la llevaba a cuando tenía intimidad con Vardis. Al terminar Joffrey siempre la observaba como si quisiera decir algo, pero, prefería quedarse callado y recortarse dándole la espalda hasta quedarse dormido.

En las mañanas se portaban cordiales. Tras el día de la boda habían hecho un evento para presentarla en la corte como la nueva reina y había salido muy bien. Los señores de las tierras de la corona y miembros de la corte parecían estar encantados con ella. Cersei y ella parecían haberse hecho más cercanas porque pasaban las tardes juntas. Sasha se sentía muy halagada por la atención de la reina madre, eso la ayudaba a sobrellevar más la situación y también ganarse el favor de Cersei la haría más importante. La madre de Joffrey le hablaba con dulzura y que a cualquiera podría manipular, aunque aun así podía no podía evitar pensar en que estaba frente a la mujer que la encerró en las mazmorras y mató a su padre.

Durante los días siguientes había permanecido a lado de Joffrey en la corte. Sansa había pedido clemencia por ella y por su padre todos los días. Joffrey había disfrutado ver sufrir a esa niña arrodillada delante de todos. Sasha observaba con lastima y tristeza las escenas de humillación de Sansa. Las lágrimas y sollozos de la joven no ablandaban el corazón de ningún miembro de la corte, Joffrey se aguantaba la risa. Ese era uno de los momentos en los que se preguntaba cómo es que se había casado con alguien tan asqueroso y vil como él.

La noche anterior había sido diferente, después de haber tenido relaciones Sasha decidió hablar sobre Ned Stark, ya que al día siguiente se daría la sentencia por sus crímenes cometidos hacia la corona. Joffrey había evadido todas las preguntas y decidió dormir. Sasha observaba el techo confundida y frustrada por la actitud de su esposo. ¿Por qué no le hablaba? ¿Qué haría con Ned Stark? ¿Sería su relación siempre así? muchas preguntas la inundaban. Cerró los ojos y después de un rato logró dormir.

Abrió los ojos apresuradamente al escuchar la puerta siendo azotada. Se incorporó y observó que justamente era su esposo quien había salido de los aposentos. Se levantó y abrió la ventana, se quedó parada viendo el horizonte. La vista de la ciudad jamás le había gustado, pero preferiría estar ahí que en el castillo. El sol se asomaba por el cielo, teñido de rojo y naranja. El viento soplaba con fuerza, agitando su cabello y su camisón. Sasha respiró ese aire que le daba una sensación de paz y libertad para calmar esa agonía que sentía.

A lo lejos se veían las puntas del septo de Baelor, el lugar donde por fin se sabría qué pasaría con el señor del norte. Ned Stark era un gran hombre, y Sasha esperaba que Joffrey muy en su interior tuviera corazón y lograra tener piedad con él. A lo lejos se escuchaba el tocar de las campanas anunciando que algo ocurriría pronto en ese lugar.

Mya Stone acompañada de sirvientas entraron a la habitación sin avisar. Sasha se sorprendió, pero no dijo nada. Una de las empleadas tomó las sábanas salió. Ella caminó en dirección de las sirvientas que le quitaron el camisón. En su lugar la vistieron con un vestido rojo de seda con detalles en dorado. Desde su matrimonio había usado los colores de la casa Lannister en honor a su esposo. El verse al espejo la deprimía pues no sentía que era ella y no solo por los colores, sino que en su hogar no se dejaba doblegar por nadie, se enfrentaba contra su madre cuando era necesario. Acá todo eso había quedado en el pasado provocándole decepción en sí misma. ¿Hasta qué punto soportaría con tal de ser complaciente?

LittleBird (Game of Thrones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora