No le gustaban los cumpleaños, sus padres siempre le obligaban a utilizar un ridículo conjunto azul y que compartiera el pastel con niños que ni siquiera conocía. Era abrumador, y a pesar de él solo tener siete años ya podía decir que ese ambiente no le agradaba.
La temática de su fiesta actual era algo relacionado al espacio, vaqueros y princesas. Lo único positivo de todo el asunto es que estaban en el parque por lo cual no desaprovecho el momento en el que sus padres se distrajeron para salir corriendo hacia los frondosos árboles del fondo.
—¿Quién eres?— Preguntó con dulzura cuando un niño de orejas grandes lloraba escondido entre algunas hojas. —¿Por qué lloras?
—Mi mamá me dejó.
Kyungsoo negó con la cabeza, los adultos podían ser en muchas ocasiones bastante crueles sin molestarse por no ensuciar su pantalón se sentí junto al niño, tomo su mano y se quedó junto a él esperando a que se calmara.
Luego de varios minutos, cientos de nubes con formas esponjosas que pasaron sobre su cabeza el niño junto a él pico con cuidado su hombro.
—Gracias por acompañarme. Me llamo Chanyeol, ¿cómo te llamas?
—¡Kyungsoo! Hoy es mi cumpleaños.
Chanyeol abultó los labios, rebusco en el bolsillo de su pantalón extendiéndole un paquete de dulces de chocolate.
—Feliz cumpleaños Kyungsoo, perdón por hacerte quedar aquí.
—Ni lo digas, la verdad prefiero estar aquí contigo. Mis padres son unos pesados, no me gusta que sean tan... viejos.
Kyungsoo sonrió cuando Chanyeol por fin río, a pesar de tener algunas marcas de lágrimas en su infantil rostro era un niño muy bonito. Tal vez el niño más precioso que había visto hasta el momento. Su corazoncito repico emocionado, ¿qué era esa extraña sensación que se esparcía por su cuerpo?
—¿Me vas a dejar solito?— Kyungsoo negó, apretó con mayor fuerza la mano que sostenía la del pequeño de ojos brillantes. Acomodó mejor su cuerpo recostando su cabecita en el hombro del niño a su lado.
—Nop. — Río en voz baja cuando Chanyeol acaricio su cabello.
—Eres muy bonito. ¿Eres un angelito? Papá me dijo que si me portaba mal un demonio me llevaría, pero no creo que seas eso. Me haces sentir bien así que debes ser un ángel.
—¿Lo parezco? — Kyungsoo cerró los ojos, recordaba escuchar las peleas de sus padres en dónde decían que él era un niño raro y que miraba con odio a todo el mundo. Eso era mentira, no tenía la culpa por no ver muy bien. — Eres el primero en decirlo, además... que malos padres. El diablo no existe como tal, solo son personas malas haciendo daño.
—¿Cómo mis padres? Eso tiene sentido para mi.
Kyungsoo escucho como Chanyeol volvía a llorar, le miró preocupado hasta que se le ocurrió una brillante idea. Soltó la mano de su nuevo amigo, apretó sus mejillas y esparció besitos cariñosos en el rostro de Chanyeol. Como arte de magia el llanto se detuvo.
—Los niños bonitos no pueden llorar. — Kyungsoo le sonrió, las orejas de Chanyeol se volvieron rojas.
—Dejaré de llorar solo si prometes que usarás esa medicina solo conmigo. — Kyungsoo asintió emocionado. — ¿Promesa?
—Promesa.
Kyungsoo acariciaba el rostro de su esposo mientras este permanecía con los ojos cerrados, la luz de la luna se filtraba por la ventana revelando la desnudez de sus cuerpos. Recordar la primera vez que se vieron le hacía darse cuenta de lo afortunado que había sido, aunque luego de eso sus padres lo encontraran y le prohibieran relaciones con el bonito niño de orejas grandes.
Entre salidas clandestinas y uno que otro encuentro cuando ya eran más grandes los había traído hasta este preciso momento.
—Soosie, te amo demasiado.
—Y yo a ti, mi bonito niño.
Chanyeol abrió los ojos, estiro sus manos para acomodar algunos mechones de cabello de Kyungsoo.
El uno para el otro seguía siendo la definición de belleza más grande del universo. Un parque los había unido, y ahora los dos compartían 'Park' como apellido.
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Good Parents || ChanSoo [Terminada]
Fiksi PenggemarPark Chanyeol y Do Kyungsoo son un divertido matrimonio que tienen cuatro hijos. Deberían de comportarse como los adultos que son y no dar lecciones de anatomía en público, pero cuando sus miradas se cruzan la llama del deseo se enciende en sus pech...