Скованные Одной Цепью

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Despierta temprano abriendo los párpados pesado, muy pesadamente deseando no seguir viviendo con tal de no salir al exterior. 

Cadenas, gruesas y toscas cadenas arrastrando. Cadenas que sólo él siente y sólo él puede entender porqué están ahí y porqué lo retrasan de esa manera. 

Camina desanimado fuera de su fortaleza del consuelo, cama, y entra al baño para lavarse la cara y comprobar que sigue muerto en vida. Feos sacos negros decoraban la parte inferior de sus ojos, por la falta de descanso o exceso de estrés, también cuentan las intensas noches cuando no puede dormir gracias a las escenas que le invadían la mente. Abrió el grifo del agua llenando ambas palmas hasta el tope con el liquido, tirándoselo a la cara. 

Al menos todavía podía sentir el cambio de temperatura en su piel. 

Una vez más despierto procedió a regresar a su habitación, cambiándose la pijama por su uniforme de todos los días. Uniforme que desprecia y se resigna a usarlo mientras se llame alemán, uniforme que siente sucio y horrible aunque lo lavé al final y comienzo de los días, eternamente sucio con manchas de sangre incluso si al preguntarle a otros siempre hacían comentarios de su elegante y pulcra vestimenta. 

Le da un escalofrío cada que les habla. 

Pero mientras siga en casa se sentirá medianamente ignorante de ellos y dentro, lo más dentro posible de su propia burbuja. Sólo saliendo y fingiendo seguirles el juego, sólo saliendo para reportarse vivo y volver a casa lo más rápido posible, sólo saliendo para recordar porqué odia tanto su propia existencia y para encontrar más razones para querer seguir encerrando. 

No mencionaré mucho del pequeño infante el cual esta bajo su cuidado. Mas que pasa todo el tiempo que puede con él; desde las 8:00am hasta las 11:00am; desde las 4:00pm hasta las 5:30pm, y desde las 9:40pm hasta las 10:30pm.Y cuando no está con él la cabeza le duele. Duele como si le incrustasen un palo por un costado, duele como si una bala se hubiera colado, a la velocidad de la luz y bruscamente, dentro de su cráneo, cerebro... duele porque sabe que las palabras de él están ahí, siempre hablando, siempre doliendo. 

Cuándo llega tarde a la embajada nadie le cuestiona y si es que llegan a preguntarle porqué todos los días es lo mismo, simple responde que pierde mucho tiempo cuidando de Alemania. 

Y reza para que Dios se apiade de ese dulce e inocente niño. 

Se distrae haciendo cualquier cosa, con la productividad tan alta como le fuese posible en un cuerpo carente de vitalidad. Si llega a tener la oportunidad un "pequeño inconveniente" sucede tanto para sus trabajos como para los de los que le rodean. Oops, se le cayó el café sobre esos papeles que parecían importantes, ¡vaya que lastima! perdió unos planos importantes de camino a  casa cuando iba en el transporte público, el perro que tiene es realmente un juguetón: disfruta de romper su portafolios a mordidas puntiagudas y convenientemente grandes. Y si alguien le llegaba a mirar con sospecha, Third simple hacia brillar los propios ojos malévolo y perturbadoramente para hacerlos callar o mirar a otro lado. 

Al salir de ese edificio casi siempre "olvida" sus cosas, siendo sus subordinados quienes lo alcanzan a medio camino para devolverle gentilmente el maletín. Third no los odia a ellos, se odia a si mismo, así que para poder conservar esa sonrisa puntiaguda que encanta a todos sus habitantes afila los dientes mordiendo cuero. 

De cualquier tipo, de cualquier lado. 

Después enfría la mente yendo a por su hijo, juntos compran un helado y se pasean por allí. 

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