My boy

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muajajaja -explota-








































Se supone que lo prometió. Bueno en realidad las palabras exactas de una promesa que jura amor eterno nunca fueron dichas, pero creía que la mirada que compartieron hace tanto tiempo fue suficiente para hacer alegoría a ello.

Casi tres años.

El primer año se la llevaron bastante bien, cartas, palabras afectuosas, de vez en cuando un regalo por correo, flores y chocolates. Fueron con calma, como si inconcientemente pensaran que su relación era una mecha encendida, brillaba y era cálida. Pero eventualmente se consumiría todo.

Ambas familias que de una u otra forma estaban enteradas de su unión, se lo tomaron bien. Bien dentro de lo que cabe, hubo burlas, comentarios sarcásticos, conversaciones directas y énfasis en los pros y contras, más que nada los contras de estar juntos. Pero lo superaron como una pareja estable y se alegraron de que esos meses de tensión no los haya distanciado...

No se distanciaron. No se distanciaron.

La primera mitad del segundo año fue el más perfecto y fugaz. Se entendieron, se amaron, se mudaron juntos. Se amaron de verdad, como tanto habían querido. Third ocupando el rol de sumiso, incluso si a veces se hastiaba de algunos pequeños e inocentes caprichos de su novio. En ese momento no fue nada que valiera la pena en realidad. URSS yendo y viniendo de casa, sintiendo tanto a la vez, muy ocasionalmente la sensación le sobrepasaba y tendía a seguir bebiendo a escondidas de su pareja.

La segunda mitad de ese año todo se fue cuesta abajo, gradualmente, casi no se sintió la grieta que los está separando.

Brotaron los malentendidos, qué Reich quería conseguir un trabajo para no estar todo el día en casa, qué Soviet no hablaba plenamente de lo que quería hacer en la cama ni fuera de ella, que Third no debía sobreexigir a un hombre que apenas acaba de aceptar su sexualidad y abrumarlo con muchos temas a la vez, que URSS se negaba a dejar la bebida incluso si varias veces ya había parado en el hospital por lo mismo.

Fue desgarrador para sus seres queridos verlos en un estado constante de rabia y desánimo.

Ahora, a un mes de su aniversario de noviazgo. Los tres años tan esperados.

URSS en la recámara, todo a su alrededor hecho un desastre por el ataque de rabia que no supo controlar. Reich en la sala sentado en el sillón más grande, negándose a derramar siquiera una misera lágrima.

Este no es el amor que se prometieron.

Y cada uno sabía, muy en el fondo lo sabían, que había una gran probabilidad de terminar así.
























































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final no canon esq me gusta sufrir siokentiendo buenas noches


449 palabras

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⏰ Última actualización: Nov 16 ⏰

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