El primer mes de clases tenía a Samantha loca. Le iba muy mal en inglés y pensaba que suspendería el próximo examen (Rivis está en desacuerdo con esto).
Sus días en el colegio ya tenían una rutina:
Llegaba saludando a sus amigas, veía a Abril y a su novio besuquearse toda la mañana, agarraba el mal humor. Sus amigas la hacían reír y por un momento lo olvidaba, volvía a ver a la parejita besándose en la tarde y el enojo aumentaba. Finalmente terminaba o en la biblioteca, o mirando a Elizabeth entrenar. Casualmente, estás eran las dos cosas que ocurrían exactamente todos los días, lo que menos disfrutaba era el besuqueo de los idiotas, pero creyó que ya debería de haberse acostumbrado.
Llevaba días viéndolos hacer lo mismo e ir agarrados de la mano, aún no comprendía por qué seguía molestándole. Ya debería haberlo superado, pero cada vez que los veía, sentía unas terribles ganas de golpear a Juan en el rostro. Decidió ignorarlo, no era su problema.
En estos momentos se encontraba mirando a Elizabeth entrenar mientras estudiaba biología, pero en verdad no estaba del todo concentrada. ¿Cómo podría? Si Abril lucía deslumbrante, dando vueltas en el aire y alzando los pompones, era increíble como en tan solo un mes el equipo había mejorado tanto.
Abril Garza. Aquel nombre que seguramente la atormentaría los dos años que quedaban de escuela. La observaba, su piel era hermosa, su cabello brillaba y su sonrisa le alegraba el día. Sin quererlo, el pulso se le disparó. Era un fastidio cuando le sucedía. Desde el primer año que le ocurría aquellos pero parecía que cada día empeoraba más ¿Por qué? ¿Qué tiene ella que me haga sentir así?, se preguntó, pero no quiso responder con miedo a la respuesta, era absolutamente imposible.
Suerte que era el último día de la semana y no tendría que verla durante dos días, aunque sabía que era mentira, ya que Samantha se sentía ansiosa todos los lunes sabiendo que la iba a volver a ver. Después de un rato, el grupo de chicas se fueron hasta los vestidores, Abril lucía muy atractiva con las mejillas rojas y el cabello sudado y revuelto. Esperó a Elizabeth, ellas irían a la pizzería cerca del instituto.
— ¿A quién esperas? —Preguntó la voz de Elizabeth a sus espaldas y Samantha soltó una risa.
— A una amiga no más atractiva que yo —Le dió una sonrisa y Elizabeth hizo una mueca.
— Yo soy más atractiva que tú —Dijo ofreciéndole la mano, para ayudarla a levantarse.
Mientras conversaban y salían del campo, observó cómo Elizabeth quedó distraigo mirando a Lucas. Dios, está chica si que babeaba por él. Sólo esperaba que fuera atracción física, ya que si era algo más fuerte sabía que su amiga sufriría, y no quería que ella sintiera dolor.
Bajaron varias cuadras y al llegar a la pizzería vieron que en el aparcamiento habían varios coches, había un convertible azul que se le hizo muy familiar, pero igual Samantha entró con su amiga. El local tenía una pinta exacta a las cafeterías de los años setenta, fueron a las mesas rojas mientras sus amigas les hacían señas para que se sentaran.
— ¡Samantha, aquí! —Gritó Rocío y ella le sonrió, tomaron asiento y Samantha quedó junto a Vicky, Elizabeth estaba al lado de Rocío y las cuatro comenzaron a hablar. Vicky bebía de su batido y Samantha no dudó en robarle unos cuantos sorbos.
— ¿Cómo fue la práctica? —Preguntó Vicky, un poco interesada en el tema.
— Bien, bien ¿Por qué, Vicky? —Preguntó Elizabeth, cruzándose de brazos, y observando a su amiga de forma acusadora.
— Por... nada —Abrió los ojos y comenzó a jugar con sus dedos.
— El punto, es que Elizabeth estaba babeando por Lucas —Soltó Samantha para fastidiar a su amiga, Elizabeth se puso colorada.
ESTÁS LEYENDO
𝕽𝖎𝖛𝖆𝖑𝖊𝖘 ➻ 𝚁𝚒𝚟𝚊𝚛𝚒
Fanfiction𝘚𝘢𝘮𝘢𝘯𝘵𝘩𝘢 𝘙𝘪𝘷𝘦𝘳𝘢 𝘤𝘰𝘮𝘪𝘦𝘯𝘻𝘢 𝘭𝘢 𝘴𝘦𝘤𝘶𝘯𝘥𝘢𝘳𝘪𝘢 𝘴𝘪𝘯𝘵𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰 𝘭𝘢𝘴 𝘣𝘶𝘳𝘭𝘢𝘴 𝘥𝘦 𝘴𝘶𝘴 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘢ñ𝘦𝘳𝘰𝘴, 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘶𝘯 𝘨𝘳𝘶𝘱𝘰 𝘥𝘦 𝘤𝘩𝘪𝘤𝘢𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘢 𝘧𝘢𝘴𝘵𝘪𝘥𝘪𝘢𝘯 𝘤𝘰𝘯𝘰𝘤𝘦𝘳𝘢 𝘢 𝘭𝘢 𝘱�...