O6

1.7K 132 27
                                    

Último día de clases

Era el último día de clases. Las semanas siguientes pasaron volando y al fin Samantha ya no tendría que estudiar para cada maldito exámen, era realmente un alivio. Más aún cuando últimamente las chicas del grupito le habían hecho la vida imposible y ahora que acababan las clases, no las vería durante dos meses. Dos hermosos y largos meses.

De alguna manera, aquello debía de alegrarle. Estaría divirtiéndose con sus amigos y sin la presencia de la imbécil de Abril Garza, pero no pudo evitar sentirse deprimida todo el día. Podía notar que Vicky se mostraba igual que ella. La única que parecía realmente feliz era Rocío, quién no dejaba de sonreír.

Hoy no había razón alguna para ir a la biblioteca, así que no lo hizo. Samantha tampoco creía que Abril fuera a ir. Pero, al llegar al comedor y no encontrar a sus amigas, se asustó. Fue el primer lugar donde esperó encontrarlos y ese sitió era el baño.

— ¡Son unas zorras! —Escuchó la voz de su mejor amiga hablar.

— ¿Qué coño les pasa? —Bueno, últimamente su otra amiga había mejorado su carácter, seguía siendo tímida pero a veces soltaba unos tacos cuando estaba furiosa.

Samantha entró al baño y se encontró con las dos chicas cubiertas de pintura rosa. Habría reído si no fuera porque las dos amigas parecían furiosas y Samantha no quería que se desquitaran con ella.

— Siendo honesta, Chio. Tu color no es el rosado —Intentó bromear y las chicas la fulminaron con la mirada—. A ver, ¿Millaray? ¿Abril? ¿Alana? ¿Quién fue?

— Todas ellas —Respondió una molesta Vicky, y después de quitarse el pegote del cabello, soltó un chillido—. ¡Cómo detesto a Millaray!

— ¡A todas esas malcriadas! —Dijo Rocío, sin referirse a alguien en especial.

Samantha lo habría hecho. No soportaba especialmente a Abril, pero no lo dijo.

— ¿Cómo sucedió? —Preguntó, dejando su mochila en el suelo y abriéndola.

Le entregó una camiseta limpia a su amiga y luego una sudadera a Rocío. Ya le era costumbre traer ropa de cambio, desde principios de año que llevaba haciéndolo, aunque sus amigos nunca seguían su consejo. A Samantha le era muy útil.

— Estaba abriendo mi casillero tranquilamente, Rocío estaba conmigo —Comenzó a decir Vicky mientras se lavaba la cara y el cabello, después se despojó de su camiseta y se colocó la que Samantha le había entregado—. Entonces, de la nada, algo explota y cuando abro los ojos estoy cubierta de pintura.

— Yo, por estar allí, también fui bañada en pintura. Qué desagradable —Dijo Rocío, también quitándose la camiseta sucia y colocándose la sudadera.

— Qué zorras —Comentó una Samantha sorprendida, ellas cada vez mejoraban sus métodos de acoso.

— ¡Abril! Ella es una perra —Dijo muy enojada Rocío y pudo ver cómo Vicky también la apoyaba, asintiendo.

— Abril simplemente pasó a nuestro lado y nos tomó varias fotos mientras se reía. Ahora deben estar por toda la red escolar —Dijo echando humo y Samantha abrió los ojos ¿Abril había hecho aquello?

— Ella... ¿Hizo eso? —Le sorprendía, ya que hasta el momento la castaña nunca había participado directamente en las bromas.

— ¡Sí! —Vociferaron las dos, ahora más limpias y Samantha tomó asiento en el frío adoquín en el baño.

Ya era costumbre para ella sentarse en el sin temor a que las vieran, nadie utilizaba el baño del tercer piso.

— Supongo que todas son zorras —Susurró un poco decepcionada, pero luego pareció molestarse.

𝕽𝖎𝖛𝖆𝖑𝖊𝖘 ➻ 𝚁𝚒𝚟𝚊𝚛𝚒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora