❛ 𝖳𝗁𝖾 𝖲𝗍𝗋𝗂𝗉𝗉𝖾𝗋. ❜ ─ 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐑𝐢𝐯𝐚𝐫𝐢
˹ ¿Se han imaginado tener dos vidas? ¿Ser dos personas al mismo tiempo? Apuesto a que sí. Pero entre pensar y vivir hay una diferencia muy grande, creo. Imaginemos... Abril, una...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Abril Garza's; Point Of View. Miami, Florida - United States of America ˹ 22:00 PM ˺
Después del almuerzo, regresamos a la oficina y nos pasamos toda la tarde alrededor de numerosos documentos y hojas de cálculo. El estar con ella me hacía pensar en cosas que no debía, podría ser una locura de mi parte, pero a veces sentía sus ojos en mí de manera intensa, como Samantha miraría a Ari. O tal vez fue sólo mi subconsciente de que me ve a mí del mismo modo.
— Podemos darles los planos del año pasado también. — Hablé colocando unos papeles en su escritorio, ya pasaba de las 8PM.
— Sería una gran idea, ¿no crees? — Dijo, recogiendo los papeles.
Escuché unos débiles golpes en la puerta, y entonces vi a Juan. Él tenía una mirada seria.
— ¿Abril, puedo hablar contigo? —
Samantha lo miró durante unos segundos y luego a mí.
— Juan... —
— Ve y hable con él, señorita Garza. — Dijo fríamente, áspera.
Cerré mis ojos y salí de la habitación.
— ¿Qué pasó con nuestra cena? — Preguntó algo molesto.
— Lo siento, pero creo que no podré ir. —
Movió la cabeza, poniendo sus manos en su cintura con una expresión irritada.
— Me estás tratando como un estúpido, me plantaste por segunda vez el mismo día. —
— ¿Qué quieres que haga? No tengo más opción. ¿Crees que me gusta trabajar hasta tarde? —
— Sabes que tienes la opción de irte, ¿verdad? ¿Esta mujer apenas ha entrado y ya te está explotando? —
— Shh ¡Baja la voz! ¿Quieres que escuche? Necesito mi trabajo. — Le dije molesta.
— ¿Hay algún problema? — Escuché la voz de Samantha detrás de mí.
— No, señora... —
— Señora Rivera, ¿no cree que el horario de trabajo es inoportuno? — Juan preguntó, desafiándola.
Pude ver las venas de Samantha marcarse y su mandíbula endurecer, tomó una respiración profunda y luego habló.
— Señor Guarnizo, debo informarle que yo soy la presidenta de esta empresa, debido a que no tengo que explicarle los horarios a mi personal. Si está pensando que es tan tarde, ¿Por qué sigue aquí? —
Ella prácticamente le dio un golpe directo, literalmente, no dudaba de que, si Juan pudiera matar con la mirada, seguramente lo habría hecho. Las palabras de Samantha fueron precisas y arrogantes.