❛ 𝖳𝗁𝖾 𝖲𝗍𝗋𝗂𝗉𝗉𝖾𝗋. ❜ ─ 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐑𝐢𝐯𝐚𝐫𝐢
˹ ¿Se han imaginado tener dos vidas? ¿Ser dos personas al mismo tiempo? Apuesto a que sí. Pero entre pensar y vivir hay una diferencia muy grande, creo. Imaginemos... Abril, una...
'' Como pequeño inciso, se les recomienda reproducir Wicked Games - The Weeknd para una mejor experiencia durante la lectura. El momento de dicha reproducción será indicado con un (...) ''
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Abril Garza's; Point of view. Miami, Florida - United States of America ˹ 21:00 PM ˺
Después de ese largo y cansado día, volví a casa, donde estaban Molly y Maite. Durante la cena nos divertimos conversando sobre la nueva chica de recursos humanos que tenía el ojo puesto en nuestra pequeña bebé.
— Hablando en serio, Molly, ¿Vas a decir que no pensabas que Cristina es hermosa? — Mayichi habló, riendo, con afán de molestarla un poco.
— Es hermosa, Mayichi, pero no tengo tiempo para citas. — Respondió Molly con cautela, sentándose en el sofá.
— Escúchala Abi, Molly no tiene tiempo para citas ¿Dónde has visto eso? —
— Déjala sola, Maite, está bien así. —
— No, ella no está bien, ella piensa que lo está, el sexo es bueno para tu salud, ¿Sabías? —
— ¡Calla Mayichi! — Exclamó la pequeña.
Me reí al ver a Molly, quien cubría sus oídos mientras Maite hablaba sobre los beneficios del sexo en la salud humana.
— Escúchame, deja de ser estúpida Molly, Cristina está interesada en ti, eso es obvio, el lunes puedes ir más arreglada y maquillada, para impresionarla. —
— No quiero impresionar a nadie, yo le gusto, así tal como soy, ¿no es así Abi? —
— ¡Exacto! A ella le tienes que gustar tal y como eres. —
— Lo sé, pero ella puede hacer algo mejor para ella, ¿No? Mira a Abril, después de la entrada de Rivera a la empresa, ahora se viste bien, sexy y perfumada. —
Abrí mis ojos, tirando uno de los cojines a Maite.
— ¡Que mentira! Siempre he sido así. —
Caminé hacia la cocina, alejándome del tema.
— En esto tengo que estar de acuerdo con Maite, estás más arreglada ahora. —
— Ustedes están locas, esto no tiene nada que ver con Samantha. — Grité desde donde estaba.
— ¿Y Ari? — Preguntó Maite.
— Pregúntale luego, no sé de su vida. —
— Sinceramente, me siento muy confundida con tu doble identidad, ¿Acaso eso no es un pecado? —
Oí hablar a Molly, lo que me hizo reír. Bebí un poco de agua mientras revisaba el correo sobre el mostrador. Hojeé a través de las facturas y anuncios. Uno de ellos llamó mi atención, estaba a mi nombre, rápidamente abrí el sobre.