¡! 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐑𝐈 ─ ❛ 𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐓𝐑𝐈𝐏𝐏𝐄𝐑. ❜

𝐗𝐈𝐈𝐈. ━ ❛ 𝐑𝐞𝐠𝐚𝐥𝐨, 𝐩𝐚𝐬𝐞𝐨, 𝐜𝐨𝐧𝐯𝐞𝐫𝐬𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧. ❜

Abril Garza's; Point of View.
Miami, Florida - United States of America ˹ 08:10 AM ˺

Revisé todos sus compromisos y nada, Samantha se quedaría en la empresa todo el día, ¿Podría ser peor mi mala suerte? Anoche fue un poco turbulento, nunca en mis planes pensé en cenar al lado de Juan. Después del casi beso con Samantha, salí un poco distraída del lugar.

''— ¿Está todo bien, Abi? — Oí la voz de chico a mi lado.

— Sí, claro. Solo con un poco de dolor de cabeza, ¿Puedes llevarme a casa? —

Recibí una mirada molesta, sé que él esperaba más de aquella noche, pero con Samantha a pocos metros de mí, era prácticamente imposible pensar en Juan, me encogí de hombros y tomé mi bolso.

— Claro, vamos. Te llevaré a la casa. —

Miré por última vez la mesa donde estaba Samantha antes, pero no había señal de ella por ahí, ¿Se había ido o salió con alguna chica? Vicky Palami tampoco estaba ahí, seguramente ellas ya no estaban.

El camino de vuelta fue en puro silencio, se notaba a kilómetros cuán fallida había sido esa noche, no tanto así, Maite y Molly salieron ganando aquel día, pues Cristina y Aroia se mostraron muy buenas chicas, mientras Juan se molestó y se quejó desde el momento que puso sus ojos en Samantha, quien estaba de mi lado. ¿Será que él sentía alguna cosa diferente en nosotras? No, no pienses en eso.

— Hemos llegado. — Dijo, deteniendo el auto frente a mi edificio.

— Gracias por la noche, me gustó. — Mentí, o no, ver a Samantha fue maravilloso.

— ¿De verdad te gustó? Creo que fue algo irritante, pero puedes entenderme, ¿verdad? Algo en mí no le gusta esa mujer. —

— ¿Samantha? No entiendo, Ella es una buena persona. —

— Contigo, ¿no es así? lo que me parece muy extraño, ella solo es una mujer vanidosa y arrogante. —

— No, porque ni siquiera la conocemos. Además, no deberías hablar de ella así. —

— No le tengo miedo, Abril, apenas llegó y lo arruinó todo, ¿Recuerdas las horas absurdas que pasaste trabajando en la hoja de balances? —

— Juan, de verdad. Estoy muriendo de dolor de cabeza, y no quiero hablar de trabajo ahora. — Hablé irritada.

— Discúlpame, fui un idiota. Sé que la noche no fue de las mejores, pero podemos mejorarla. —

Miré sus ojos, que por cierto eran lindos, pero no eran esos los que yo quería mirar ahora. Bajé mi cabeza, pensando en la forma más educada de decir que por hoy ya fue suficiente. Sin embargo, noté como se acercó más a mí, tocando levemente sobre mi barbilla, haciéndome míralo nuevamente. — Eres una mujer hermosa, Abril. —