❛ 𝖳𝗁𝖾 𝖲𝗍𝗋𝗂𝗉𝗉𝖾𝗋. ❜ ─ 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐑𝐢𝐯𝐚𝐫𝐢
˹ ¿Se han imaginado tener dos vidas? ¿Ser dos personas al mismo tiempo? Apuesto a que sí. Pero entre pensar y vivir hay una diferencia muy grande, creo. Imaginemos... Abril, una...
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Samantha Rivera's; Point of View. Miami, Florida - United States of America ˹ 03:45 AM ˺
"Ari/Abril"
No...
No es posible.
Me quedé paralizada, mirando a la mujer alejarse hasta que la perdí de vista. Cerré los ojos, apretando fuerte las manos en el volante. La rabia me tomó de pronto, un tipo de frenesí de odio calentó cada célula de mi cuerpo. Dios, esto solo podría ser efecto del alcohol, no había otra explicación. Miré a ambos lados, el camino estaba vacío y oscuro. Salí del vehículo. Abril me daría una buena explicación de esto.
Me dirigí a la puerta, caminando de un lado a otro, tratando de convencerme de lo estúpida que era la idea de ir ahí y terminar toda esta farsa. Miré entre los barrotes de la puerta, sin encontrar algún rastro de Ari. No puedo hacer esto, no soy impulsiva o emocional. Pero en ese momento mi cuerpo gritaba por respuestas inmediatas, pero no podía, no era yo. Al contrario, era fría y extremadamente astuta. Caminé rápidamente al auto al otro lado de la calle, tenía la puerta abierta completamente, entré y cerré la puerta fuertemente.
— ¡Idiota! ¡Estúpida! — Grité, golpeando el volante varias veces.
Podía matar a alguien en ese instante con la rabia que me consumía. Cerré los ojos, tomando una respiración profunda, dejando que el oxígeno llegara a mi cerebro o moriría ahí en cualquier momento. Miré una vez más el edificio donde vivía Abril, dejando la idea de desenmascararla para después.
Encendí el motor, arranqué el auto y salí de ahí hacia mi departamento.
El cielo aún estaba nublado y cargado con lluvia siendo atravesado ocasionalmente por rayos. La noche no podía ponerse peor. Salí del auto azotando la puerta y caminé hacia el elevador del enorme edificio.
Maldita stripper.
La primera cosa que hice cuando entré a mi departamento fue servirme un vaso de whisky, me tomé el líquido de un trago, cerrando los ojos, sintiéndolo rasgarme por dentro mientras bajaba, dejando solo el dolor dentro de mí
''¡¿Cómo pudiste ser tan estúpida, Samantha?! ¡Esa hija de perra te ha estado engañando todo este tiempo! ¡Y aún hacía el papel de chica buena! Perra.'' —
Caminé hacia el salón de mi departamento, recostándome en uno de los divanes. Todo comenzaba a tener sentido ahora. Por eso es que Ari nunca se quitó la máscara para mí, esos ojos tan familiares, los cuerpos tan jodidamente perfectos, las reacciones tan parecidas, Dios, ¿Qué hechizo había hecho esa mujer sobre mí? Precisamente en mí.
Dios.
Abril me mintió todo este tiempo, No debió haberlo hecho, no debió.
No sabía con quien se había metido, si había algo que odiaba era ser engañada. Abril había jugado conmigo todo este tiempo, manipulándome como una marioneta de su pequeño juego.