¡! 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐑𝐈 ─ ❛ 𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐓𝐑𝐈𝐏𝐏𝐄𝐑. ❜

𝐗𝐋𝐈. ━ ❛ 𝐌𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫, ¿𝐒𝐢 𝐨 𝐧𝐨? ❜

Abril Garza's; Point of View.

Cerré los ojos sintiendo los atrevidos labios de Samantha deslizarse por mi cuello, para después sentir sus dientes clavarse lentamente en mi piel. Dejé escapar una profunda bocanada de aire, apretando mis piernas para no empeorar nuestra situación. Pero ella estaba a mil, Samantha estaba ahora encima de mí, besando mi boca como si no hubiera un mañana, su mano derecha bajó a mi muslo, flexionándolo para estar entre mis piernas. Era demasiado temprano, alrededor de 6:33 AM para ser más exactos. Hemos despertado y decidido decir adiós a ir a trabajar.

Ayer por la noche, después del picnic Samantha decidió llevarnos a los bolos. Ella estaba decidida en hacer el día de Ama maravilloso. Y realmente lo fue, tuvimos un montón de diversión mientras jugábamos, y yo, por supuesto, fui la campeona entre ellas. Ama se quedó un poco enojada, y Samantha nos dio la idea de que fuéramos a comer un buen sándwich, haciendo instantáneamente feliz a Ama. Hablamos y bromeamos durante un par de horas más hasta que regresamos a mi apartamento. Con mi manera dulce pude convencer a Samantha para quedarse y dormir conmigo, Ama estaba en la habitación de Maite, según ella la cama de Mayichi era más cómoda. Samantha, obviamente, dormía conmigo, y se comportó bien después de amenazarla tres veces. La huelga de sexo estaba haciendo completamente loca a mi novia, y a mí también.

— Samantha... —

Ni siquiera me estaba escuchando, succionó el lóbulo de mi oreja haciéndome jadear. Maldita. Sus manos vagaban arriba y abajo de mi cuerpo, arañando levemente, causando una muy deliciosa excitación. Llevé mis manos a su cabello, tirando de su cara hacia la mía. Samantha capturó mis labios en unos pocos segundos. Estuvimos tocándonos con locura en el sofá de mi apartamento. Ese no era el plan inicial, la mujer dijo que sólo quería algunas caricias y ahora míranos.

— Alguien podría vernos, Ama está durmiendo y ella podría despertar. — Susurré cuando descendió los besos a mi pecho.

—Sólo tienes que estar en silencio, bebé. — Samantha susurraba deslizando su lengua en mi piel.

Maldita sea, ella me enloquecía. Su respiración pesada y caliente contra mi piel me hizo querer renunciar a la maldita huelga que impuse.

— La huel... —

—Olvídate sobre la huelga, ¿de acuerdo? —

Samantha se sentó en el sofá, tirando de mi cuerpo con cierta fuerza hacia ella. Haciéndome sentar a horcajadas sobre su regazo. Sus manos se posaron en mis muslos donde apretó con fuerza. Suspiré y llevé mis manos a su cuello, entrelazando los dedos entre los mechones de su cabello. Ella me miró y sonrió. Negué con la cabeza y la besé.

Al principio, el beso fue sólo un contacto de labios, Samantha deslizó la punta de la lengua por el labio inferior muy despacio, indicando lo que quería y lo permití. Sintiendo como su lengua serpentea sobre la mía diabólicamente. Suspiré con el contacto, y chupó con necesidad. Sentí sus manos hábiles deslizarse dentro de mi blusa, sus dedos delgados navegando por mi espalda. Cerré los ojos cuando desconecto nuestras bocas y navegó con los besos por mi cuello haciendo parada en el punto de mi pulso, mierda. Eso dejaría una marca. Clavé las uñas en su hombro, impulsando a que continuara.