Princesa Andrómeda

14 0 0
                                    

     Antes de ir a comer, Tiara aprovechó para fumarse un cigarrillo. Observó el paisaje, dando una calada, luego soltó la ceniza en el alféizar de la ventana. Tras terminarlo, lo apagó y lo tiró a la papelera, para luego cubrirlo con un pañuelo.

     Cerró la ventana, tras hacer unos aspavientos con las manos para sacar el olor del cuarto y luego hecho un poco de colonia.
El cuarto que le habían preparado en la casa de los Jackson era de paredes de color verde claro, casi blanco y muebles de madera blanca.

     Se vistió, se peinó y finalmente abrió la puerta del cuarto, encontrándose directamente con el salón. Allí, Tiara observó a Sally ir de un lado a otro, esperando la llegada de Percy de su primer día de colegio.

     La mujer iba vestida con su uniforme, que consistía en una falda azul con estrellas y una blusa de rayas rojas y blancas con el que vendía golosinas en el Sweet on America.

     Sin decir nada, se sentó en el taburete de la encimera, dónde la comida ya estaba preparada para ella.

—Señora Jackson, no se preocupe, estoy segura de que Percy no ha tenido ningún problema. —Dijo, para luego meter un trozo de comida en su boca.

—¿De verdad eso crees? —Sally sonaba bastante preocupada. —Espero que no le haya atacado ningún monstruo en su primer día.

—Si hubiese pasado algo, la escuela Meriwether os hubiese avisado, además, Percy ahora tiene capacidad para defenderse. Ha entrenado duro en el campamento.

Sally sonrió, sabiendo que las palabras de la chica eran ciertas. Aún así, no podía evitar sentirse preocupada por su hijo, sabiendo que nunca tendría una vida fácil en el mundo mortal.

     De repente, el sonido de unas llaves sonaron al otro lado de la puerta. Sally se apresuró en ir hacia la puerta y abrir los brazos para dar la bienvenida a su hijo, quién aceptó avergonzado dicho acto amoroso de su madre.

—Hola, mamá. —Saludó, para luego mirar detrás de ella y ver a Tiara. —Hola, Tiara.

La nombrada la saludó con un gesto de la cabeza y una sonrisa, ya que su boca estaba ocupada con comida.

—¿Qué tal tu primer día, Percy? —Preguntó Sally, poniendo sus manos en los hombros del semidiós y dirigiéndole hacia Tiara.

—No ha estado mal. Hice un amigo.

Tiara alzó ambas cejas y tragó la comida.

—¿Un amigo y no lo traes para presentárnoslo? —Le preguntó con un deje de indignación, aunque era una actuación dramática por parte de la chica.

Percy se sonrojó ligeramente, mientras que Sally parecía no poder agrandar más su sonrisa de felicidad.

—¡Qué bien! ¡Estoy tan orgullosa de ti, Percy! —Exclamó con alegría, para luego darle un beso en la mejilla.

Percy se apartó con un gesto avergonzado, para luego sentarse enfrente de Tiara.

—Y tú, ¿cómo vas? ¿Alguna suerte con tu búsqueda? —Preguntó a Tiara, para intentar cambiar el rumbo de la conversación.

Tiara al principio no respondió, pinchando con el tenedor más comida, pero sin llegar a meterla en la boca.

—No mucho... pero no voy a darme por vencida. —Sonrió, aunque se notaba que no era muy sincera.

Percy asintió, sin decir nada. No sabía qué era lo que exactamente buscaba Tiara, ya que ni la chica ni Quirón lo dijeron, pero lo que sabía es que era importante, aunque no sabía el grado de importancia que tenía encontrar lo que buscaba Tiara.

Nymphology - Percy Jackson & The OlympiansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora