¿A QUIÉN INVITAMOS?

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Mis turnos en el club los alargue un poco para tener el día del cumpleaños de Azumi libre y poderme alistar, tenia que usar ropa algo formal, ya tenia todo preparado y así evitarme los regaños de Grecia sobre mis aptitudes como mujer.

Ya tenia listo el regalo a un lado de mi escritorio de solo verlo no dejaba de pensar en lo que me costó y mis ahorros, pero todo valía la pena, solo por un porcentaje de aprobación no era que la necesitara, solo era para mantener la paz.

Luego de retomar mis prácticas en composición en mi habitación, ya tenía todo un cuaderno lleno de muchas canciones y tonadas cuando mi teléfono sonó, ya era algo tarde por lo que no pensé responder, pero al ver el nombre de la señora Antonella, conectando de inmediato.

Resulta que mi invitación a almorzar con toda la familia antes de la fiesta, así que tendría que acercarme mas temprano, aunque no me negué de todas formas ya era parte de esa familia.

Me levante muy temprano para organizar mi día, desayune muy bien, para luego tomar una reconfortante ducha para sacar luego las prendas que usaría.

Me maquille ligeramente algo suave y no muy cargado, el cabello me lo alise dejando unas ondulaciones en las puntas, colocando unos broches en ambos lados del cabello como coletas planas.

El reto final, el vestido, era sencillo de dos piezas con mangas cortas y caídas dejando los hombros descubiertos y la falda suelta hasta cerca de las rodillas.

Llegar a la gran casa Nakajima, me hizo tomar muchas respiraciones para darme valor y no es que fuera algo malo, sino soportar la incomodidad de ver a Antón con cara de pocos amigos su hermana, sus primas y luego la fiesta llena de chicos de casi mi edad, sin poder escapar de allí y ni que decir de Carol, no comprendía porque no se caso con ella, si antes fueron algo según me entere por su hermana quien una vez me lo insinuó.

El almuerzo, se llevó a cabo en el gran comedor donde nos encontrábamos todos sentados, teniendo a mi lado izquierdo a Antón, con quien no había cruzado palabras más que un saludo.

El ambiente transcurrió de lo más cordial posible hasta que el almuerzo acabo y los más jóvenes fuimos a conversar al jardín, en unos hermosos sofás y los mayores se quedaron en la mesa tomando café y galletas.

Yo estaba quedándome con ellos sino fuera que Antón me hizo pararme con la tonta excusa de que los podría incomodar, patrañas.

Estaba incomoda sentada junto a Antón, sus primas y hermana que solo hablaban de viajes, ropa de diseñador y negocios, temas los cuales desconocía, hasta que tocaron el tema de la boda, lo cual era Antón quien respondía.

Al tocar el tema del vestido solo respondí que lo estaban confeccionando, lo cual lanzaron risas y no falto el comentario burlón de una de sus primas.

Luego de un momento sus demás familiares, decidieron acompañarnos en el jardín, antes que llegaran los invitados, las conversación estaba alegre, sino fuera que una de sus tías cuestiono el color de mi cabello con mi familia, causando distintas miradas, estaba por responder cuando un comentario se adelantó; "claro si se parece a la prostituta de su madre", sus primas soltaron una risa acompañadas de Azumi.

Atine a comer algunas galletas que dejaron sobre la mesa y decidí mantenerme en silencio pues algo que aprendí es jamás responder ese tipo de insinuaciones que solo te llevan a peleas, al final yo no quedo mal.

La reunión continuo con la llegada de los invitados incluyendo a los amigos de Antón, no me sentía a gusto luego de lo sucedido, pero no quería arruinar la noche, me dirigí al jardín donde me encontré con la abuela Miyuki con quien tuve una agradable platica sobre diversos temas interesantes, su madre se acoplo a nuestra charla por unos instantes hasta que se retiro pues su esposo la llamada, estaba por despedirme luego de una rato de la abuela cuando mi teléfono sonó, era Harry, seguro llamaba por algun favor.

EL DIA DE MI BODA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora