A veces pensaba que mantenerme ocupada me ayudaría a alejar todos los pensamientos confusos que rondaban por mi mente sobre este matrimonio.
Lo que por ahora me debería preocupar es sobre la composición que tenía que hacer para la presentación de la universidad como cada año en la que los alumnos demostraban sus habilidades aprendidas en clase y como muchos estudiantes sabían, podrías ser elegido para pertenecer a la orquesta sinfónica de la universidad, la cual siempre participaba en diversos eventos, conciertos y concurso; y quien sabe unirte a la sinfónica del país.
Durante todo el camino a casa garabatear el cuaderno no fue algo bueno, muchas veces que la inspiración llegue por arte de magia suele ser inesperado y más cuando lo necesitas con urgencia.
En el apartamento aunque el ambiente era aparentemente de una pareja feliz, la escasez de comunicación hacía que los silencios se volvieran incomodos en ciertos momentos, pero cuando la comunicación fluía soportar a un Antón de personalidad jovial era preocupante pero en el buen sentido.
Nada como un día frio para bajar los ánimos, pues Antón se despertó apurado por el sonar de su teléfono haciendo que mi sueño fuera interrumpido, decidí también levantarme igual dormir un poco mas no ayudaría a mi ajetreado día.
Prepare el desayuno solo para mi pues parece que hubo un problema en las oficinas que Antón se fue sin desayunar y corriendo, mientras desayunaba veía las noticias para luego asustarme por un sonido extraño resulto que era un trueno aunque las noticias pronosticaban un clima normal.
Ya en la universidad el cielo nublado anunciaba lluvias, en cierta parte me emocionaba aunque el lado negativo es que todavía tenía turno luego de la universidad por lo que tuve que salir corriendo al finalizar clases para llegar a la cafetería.
Lo gracioso de todo fue que al salir encontré un clima con el cielo despejado, con nubes y estrellas pero mayor fue encontrar a Harry con su auto observando su teléfono, tecleando rápidamente.
Ofreció llevarme a casa, en el camino conversábamos alegremente sobre muchas cosas, e incluso de mi matrimonio, de la universidad y demás, justo antes de bajar del auto, me entrego una invitación para la fiesta de cumpleaños de Randy, estábamos coordinando para ir juntos cuando me hizo una señales con los ojos, notando a un Antón serio observándonos desde el ingreso al estacionamiento del edificio.
Antón dejo el auto en la entrada y se acercó a nosotros, saludando a Harry, para luego acercarme a él, enredando su brazo en mi cintura, nos quedamos un momento más conversando para luego despedirnos.
Cuando ingresamos al apartamento mientras observaba la invitación de cumpleaños y donde seria la celebración, un Antón apareció a espaldas mía con su rostro apoyado en mi hombro observando la invitación no quise moverme y solo se la entregue y me retire para poder ir a dormir estábamos cerca de medianoche.
Fui retenida por unos brazos alrededor de mi cintura que me impedían avanzar hacia la habitación, ninguno emitió una palabra hasta que me dio un beso en la mejilla y solo le pedí que me soltara de forma amable pero quede helada cuando más besos llegaron los cuales fueron bajando por mi cuello, si no actuaba rápidamente podría terminar en riesgo de pecar.
Me preocupaba perder la cordura al igual que él ya la había perdido, me aparte con una tonta excusa y para cuando ingreso a la habitación yo ya estaba acurrucada en ella, aparentemente dormida.
Los días siguientes fueron una serie de acontecimientos casi románticos por parte de Antón pues no dejaba de realizar maniobras pero yo era evasiva en todo momento, no quería aun cruzar la línea además solo tenía veinte años como para tener una familia numerosa.
Fue difícil hacerlo entender que podríamos ser solo amigos que se casaron sin tener intimidad, aunque era complicado especialmente cuando aquella noche de lluvia inesperada apareció afuera de la universidad ya tenía la ropa empapada, por caminar hacia la salida y próxima parada del autobús.
Me llevo al apartamento lo más lento posible pues con la torrencial lluvia era difícil manejar y más aun con tanto conductor loco, era mejor tener cuidado, al llegar me hizo tomar un baño caliente mientras preparaba un chocolate caliente.
Ya me encontraba acurrucada en cama, cuando un abrazo se apodero de mí, no quise voltear sabía que Antón estaba en su época de cariño, rogaba que se detuviera pues ni respiraba para que pensara que dormía, pero jamás aceptare que salió de sus labios.
Me estaba proponiendo consumir nuestro matrimonio, ósea tener sexo, acaso estaba loco, como me puede pedir eso, le recordé acerca de nuestro convenio matrimonial, pero pareciera que no le importaba mucho.
Mi poder de convencimiento se vio nublado por un beso totalmente apasionado de parte de Antón, incluso intente sepárame, aunque ser principiante en el área del romance no ayudaba a tal punto que mientras intentaba zafarme por aire, intente empujarlo con mi rodilla pero ahora estaba con una mano sujetándola y acariciándola.
La excitación en el dormitorio subió la temperatura a tal punto que ya me encontraba sucumbida ante las hormonas, sus manos recorrían cada rincón de mí, entendía que si cruzaba la línea se convertía en un ida y vuelta que ya no podría romper.
La razón regreso a mi antes de hacer una locura separándome de Antón, colocándome la pijama nuevamente y cogiendo una manta para dormir en el sofá de la sala.
Me sentía avergonzada por ello, pero que más podía hacer, creo que había dejado en claro mis puntos y tenía metas, aunque ello no fue algo aceptado por Antón cuando nos vimos a la mañana, quien tenía un rostro serio, solo recibí un saludo cordial para luego ser abandonada en el apartamento.
No podía concentrarme en clases pues en mi mente solo se reproducía la misma escena de aquella noche, incluso cuando toque algunos acordes sonaban totalmente desafinados, mi día parecía verse cuesta abajo.
Al parecer mis suposiciones eran erradas pues cuando regrese al apartamento luego de clases, encontré el apartamento con flores y una mesa adornada y un Antón cocinando, que intentaba.
Cenamos juntos como si nada hubiera ocurrido la noche anterior, mientras cenábamos en tranquilidad con música de fondo la cual hacía que el silencio fuera agradable, Antón tomo mi mano como si me fuera a ir corriendo, dejándome helada en un primer momento para luego sentir que mi rostro se ponía rojo y mi corazón palpitaba a toda velocidad << te esperare el tiempo que sea prudente >>
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EL DIA DE MI BODA ©
Roman pour AdolescentsNada como un día especial; para celebrar una boda llena de romance, amor y con la persona que aprecias. Todo se oye perfecto, una vida llena de amor, pasión y felicidad, pero que sucedería si todo lo planeado no sale como lo imaginas.