CAPÍTULO 2

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"Imbécil."
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Había pasado una semana desde que llegó el rubio, el azabache evitaba mirarlo o pensar en el, era jodidamente molesto, lo mejor era no relacionarse con gente así, además.. pensar de ese modo en otro hombre..
El no era así, tampoco era homosexual, estaba seguro de ello
¿Entonces por qué..?
Negó con la cabeza, siguió prestando atención en clases pero había un pequeño problema.. Sentía como era observado y con intensidad, al principio quiso ignorarlo pero ya se estaba volviendo tedioso, estaba acostumbrado a ser observado en más de una ocasión pero la mirada que sentía ahora lo hacía sentir nervioso, acorralado, hasta desnudo, no sabría descifrar lo que le hacía sentir más allá, era algo un poco.. nuevo.

Tocó para ir a recreo, una vez se junto con sus amigos se sintió asfixiado, el día de hoy había discutido con su abuela y de manera fuerte, siempre que tenía ganas de llorar o querer botar su rabia no podía, siempre con todos mirándolo esperando lo mejor, incluso si se colocaba paranoico sentía como los demás querían ver hasta cuanto aguantaba y verlo derrumbar su imagen impecable.

Se levanto de su asiento repentinamente, hostigado con sus pensamientos que no ayudaban a su estrés, sus amigos lo miraron.

-¿Takato? ¿Qué pasa?

-Woah me asustaste Jeje

-¿Todo bien?

Preguntaron y el azabache los miro no sabiendo que rostro poner, solo se limito a sonreír para transmitir calma.

-Recordé que necesito atender un asunto con alguien, quizás me tome tiempo pero al siguiente recreo seguimos.

Dijo manteniendo la 'calma' y dando la mayor credibilidad a sus palabras las cuales eran mentira, solo quería estar solo un rato pero si les decía sonaría raro y llegarían varias preguntas que quería evitar, después de todo el sabía o más bien dicho suponía que ellos no eran sus amigos realmente, solo gente con la que pasaba el rato, ninguno de ellos le importaba el azabache realmente.. ninguno.

Una vez se fue decidió ir al baño del segundo piso, uno en especial que estaba casi siempre desolado, aveces habían parejas ahí a 'hacer sus cosas' o llegaban los vándalos del colegio a fumar y hablar. Se aseguró de que no había nadie y para su suerte no había nadie, bueno, nadie aparte de él.
Mojo su rostro y se miro unos instantes al espejo.. amargo. Tenía un sentimiento amargo recorriendo su cuerpo, aunque al fin no estaba forzando sus emociones como hace un rato.

-(Todo esto es patético.)

Bajo la mirada con el ceño fruncido, dio un largo suspiro y se fue a uno de los cubículos a sentarse, se puso sus audífonos y reprodujo una de sus canciones favoritas.

Apostemos... (Dakaretai Otoko)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora