Era imposible que Jimin estuviera tranquilo el siguiente lunes por la mañana.
La semana pasada corrió con normalidad, los días se fueron como agua entre los dedos y la suspensión acabó en un abrir y cerrar de ojos.
Justamente, se presentó con sus padres para darles la magnífica noticia, después de haber ido a cenar con Jungkook por la noche y no fue tan trágico como lo imaginó.
Contó delicadamente lo sucedido en la escuela y la razón de su inesperada presencia, haciendo énfasis en que él fue agredido primero y que solo actuó en defensa propia.
En primera instancia, sufrió un regaño por responder de una forma agresiva, su padre argumentó que la violencia no se solucionaba con más violencia.
Lo segundo, fue que lo reprendieron por las faltas que tendría en sus clases, diciéndole lo mucho que iba a atrasarse y repitiéndole las consecuencias de perder el hilo de las asignaturas.
Y lo tercero, se basó en que su madre lo mimó hasta que se cansó, imaginándose el daño que le habían hecho a su bebé, pues lo vio cojear y fue una batalla a muerte entre madre e hijo para no ir al hospital; la señora Park estaba segura de que el omega tenía un hueso roto y un chequeo era obligatorio.
Al final, Jimin se hizo el dormido y se libró de ser condenado por sus actos impúdicos.
Por otro lado, el castigo de Jungkook por golpear a un alumno tampoco llegó a los extremos.
Tras asistir con el director de la institución y haber tenido una extensa conversación acerca de lo suscitado, la sanción impuesta no fue tan terrible. De alguna forma, su argumento fue validado hasta cierto nivel, pues era verdad que defendió la integridad de un omega que fue golpeado y encima de todo, acosado por un alfa que no tenía educación.
No lo suspendieron, pero sí le solicitaron ayudar dos horas en la biblioteca por las tardes, algo así como un servicio social extra, sin una fecha de término. Aceptó, no era como que pudiera negarse, su titulación estaba en juego y no quería perder la oportunidad.
En pocas las palabras, las cosas resultaron parcialmente bien para ambos, pudo haber sido peor.
Y dejando a un lado el hecho de haber sobrevivido a las sanciones, la razón del nerviosismo en Jimin, se resumía en ir rumbo a la facultad, en el auto de Jungkook mientras escuchaba la estación de radio más conocida de la ciudad.
Sus dedos tamborileaban en la guantera y se mordía los labios mientras veía por el espejo lateral a los autos que pitaban con fastidio a causa del tránsito matutino.
Suspiró por enésima vez, bajando el vidrio y volviéndolo a subir al cabo de diez segundos, inquieto e indeciso.
Es que joder, ¿qué dirían todos cuando lo vieran descender de ese automóvil?
ESTÁS LEYENDO
The pretty artist 🎨 ୧ ⋅ Kookmin
Romance𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 ᎒ Jimin tenía un pequeño (gran) crush con Jungkook desde los quince años. la realidad, era que el Omega se convertía en un manojo de nervios cuando estaba frente al alfa, dejando de ser aquel extrovertido y parlan...