🎨 ᎒ Capítulo 29

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Por quinta vez, Jimin se miró el gafete que colgaba de su pecho

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Por quinta vez, Jimin se miró el gafete que colgaba de su pecho.

La foto que le sacaron para elaborar su identificación, lo hacía ver como todo un empleado lleno de energía, Jungkook lo hizo reír cuando la cámara se accionó y el resultado fue una sonrisa natural, dos hoyuelos marcados junto a sus ojos achinados.

Se cambió de ropa al llegar a la tienda, el uniforme le sentaba bien; un pantalón común y corriente en color negro, más una camiseta azul tipo polo con el nombre del negocio bordado en letras amarillas a la altura del pecho.

Inspiró al verse en el espejo, estaba de más decir que se hallaba nervioso, no tenía ninguna experiencia en ventas pero tuvo un punto a su favor cuando le asignaron un lugar en la tienda del centro, esa que tanto amaba visitar por el tamaño y la variedad de productos.

La conocía bastante bien, recordaba la organización de los anaqueles, la ubicación de los materiales más comprados y reforzó toda la información con el recorrido que su capacitador le dio, previo a la apertura del gigantesco local.

Le pidió a Jungkook que por favor no mencionara nada acerca de su estrecha relación, no quería que sus compañeros de trabajo supieran que el hijo de los dueños era su alfa, quería ganarse el lugar por el esfuerzo que hiciera. Fue contratado sin necesidad de pasar por los filtros y el proceso de las entrevistas, ahora le tocaba demostrar que era capaz de mantener a flote su trabajo.

Señaló su reflejo en el cristal, prometiendo que sería el mejor vendedor en la historia de PaperJeon's.

Salió del sanitario, faltaban escasos quince minutos para las nueve de la mañana. Era su primer día y le correspondía cubrir la planta baja, atender a los clientes, auxiliarlos en cualquier duda que presentaran sobre la utilidad que tenían los papeles dependiendo el tipo y el gramaje o en la búsqueda exhaustiva de materiales para pintura o escultura.

Fácil, él sabía mucho del tema y pondría en práctica lo que su supervisor, un omega llamado Bogum, le había dicho con anterioridad.

Ser amable, siempre sonreír y si algún cliente se alteraba por la demora en los centros de copiado o por la falta de existencia en algún producto, solo bastaba con entregar cupones de descuento para aminorar la falla.

Era simple, además Jungkook le había prometido irlo a ver en su hora de comida.

Todo debía marchar a la perfección.

—Eh, ¿Jimin? —Una compañera le llamó, pronunciando su nombre con duda—. Si te llamas así, ¿verdad?

Vio que la mujer colocó una gran caja repleta de pinceles en el piso, seguramente la había traído del almacén.

—Sí, ese soy yo —respondió alegre y escondió las manos detrás de su espalda—. ¿Necesitas algo?

—Quería ver si podías apoyarme en acomodar estos pinceles, hay que colgarlos en su rack y organizarlos por número —Ella apuntó el interior de la caja y después sonrió—. Yo voy a la sección de pinturas, tengo que separar los botes de acrílico por color y ordenarlos en el estante.

The pretty artist 🎨 ୧ ⋅ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora