Bad Blood. ENZO FERNANDEZ

9- Enchanted

—Te dije que no íbamos a discutir por eso, pone la música que quieras.— me dijo Enzo, interrumpiendo mi gran discurso y las consecuencias de lo que sería quedarme con su auto.

—No quiero poner música, Enzo, mi papá me va a matar si estoy con tu auto.— le dije preocupada porque no quería que ahora mi viejo tenga problemas con él.

Se hizo boludo y puso una canción de los palmeras, mirándome de reojo cuando paramos en un semáforo; mi cabeza estaba pensando en cómo llegué a este momento. Su mano estaba apoyada en mi muslo y me daba apretones de vez en cuando.

Necesito mantenerme sereno para no caer en la locura diría el gato con botas.

—Ahora si estás calladita.—me dice con burla.

—Si queres empiezo a discutir.— su apretón fue mas fuerte logrando que jadee.

—Así estás mas bonita.— me guiñó un ojo y siguió manejando sin sacar la mano de mi pierna.

Voy a morir en breve.

—¿Te puedo hacer una pregunta?— hablé rompiendo el silencio que se había formado.

—Las que quieras.— me respondió.

—El otro día cuando me llamaste, cortaste rápido ¿pasó algo? porque después Ana me mandó un mensaje, pero no le contesté.— él me miró y yo tragué saliva, ojalá no haya metido la pata.

—Ana te vio y empezó a hacer un quilombo.— dijo lo mas tranquilo.

—¿Por qué lo decís tan tranquilo?.— hice la tercera pregunta en estos últimos segundos.

—Porque Ana no es ninguna santa, Charo. Estamos juntos por comodidad, no porque hay amor.— no me lo esperaba para nada, por instagram siempre parecían ser la pareja mas feliz del mundo— un día estábamos con Julian, un amigo mio, jugando a la play y ella salía lo mas pancha del cuarto con un compañero del club, hasta que nos vió y se armó tremendo quilombo.

¿Es tarada? teniendo a Enzo busca a otro.

—Es una idiota, perdón que te lo diga, pero vos también.— sonrió a pesar de lo que le dije.

—¿Por qué soy idiota?.— me pregunta y estaciona a unas casas cerca de la mía, le agradecí mentalmente por eso.

—Porque seguís con ella, literalmente está viviendo de vos, Enzo.— el asintió dándome la razón.

—Voy a dejarla.

—Si es lo mejor para vos...- le sonreí antes de agarrar mi bolso para bajar del auto— podemos seguir la charla por whatsapp porque ahora tengo que irme.

Me acerqué para darle un beso en la mejilla, pero él me frenó cuando quise bajar.

—Mi intercambio de bienes quiero.— me reclama, no sabía que hacer.

—Te dije que no tengo plat...—no me dejó seguir hablando.

—Es un beso lo que pido.— me lo quedé mirando como si fuera una joda, pero él estaba serio ahora.

Es el verdadero ahora o nunca.

A la mierda Ana, mi papá y Silvana.

Incliné mi cuerpo hacia el de él, inmediatamente sentí sus manos sobre mi cintura y me ayudó a sentarme a horcajadas suyo, yo me quedé quieta porque ya se me había ido la valentía, pero él llevó su mano a mi nuca y me acercó a él para chocar nuestros labios y empezar a besarnos; sentía el gusto a menta en medio de nuestro beso. Mis brazos rodearon su cuello mientras él tenía el dominio sobre mis labios, estoy totalmente sumisa a él.