¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A Enzo se le había hecho costumbre regalarme flores cada vez que me ve; el problem es que ya no tengo más floreros, iría a comprar pero tengo al conejo de Julian en mi casa, corriendo atrás del gato mientras yo ordeno un poco.
Julian literalmente trata a Zanahoria como si fuera su hijo; lo trae a mi casa en auto, le deja comidita y todo. Es muy tierno.
Dejé el celular parado contra la pared mientras llamaba a Laura y Martin, hace mucho no hacíamos videollamada.
—¿Que onda, fea?.—dice Laura y al toque se une Martin.
—Hola amiguis.— les sonreí, pero a la vez me dan ganas de llorar porque los extraño muchísimo.
—Aaay, hola, los re extraño.— soy una maricona, literal.
—Modo trola activado.— dice Laura, a veces puede ser amorosa como también fría. No existe un punto medio.
—Te prometo que voy a ir a visitarte, quiero conocer a Británicos lindos.— y si, Tom Hiddleston es una prueba.
—Cuando quieras, a mi abuelo le conté de ustedes y quiere conocerlos.— les comenté.
—Mas lindo tu abuelo.— dicen los dos al mismo tiempo.
—Me debes un chicle.—grita Martin.
—Callate gay.— le responde Laura.
—Miren.— les dije para que pongan su atención en mi; agarré a Zanahoria y se los mostré.— es Zanahoria, el hijo conejo de Julian.
Al principio había pensado que era hembra pero terminó siendo macho, no me reí porque me pasó lo mismo con Kit; es difícil darse cuenta si un gato es macho o hembra.
—Yo también quiero uno.— Laura ya había tenido un conejito pero el perro del vecino se lo mató, no duró ni dos semanas el pobrecito.
—Es hermoso pero prefiero a los perros, ni bola te dan esas bolitas pomposas.—me dio ternura el "pomposas".
