Jennie se quedó despierta hasta muy tarde. Tenía las manos debajo de su nuca y miraba el techo de su habitación como si su vida dependiera de ello.
"No desperdicies la oportunidad de ser feliz con alguien más, con tu alguien especial que por fin ha llegado".
Chasqueó la lengua, los pensamientos se revolvían en su cabeza y tan solo por eso quería dormir de una buena vez, consiguiéndolo después de un par de horas.
***
Con un resoplido cansino, bajó del autobús y caminó rápidamente hacia la universidad, con el anhelo de encontrar a su mejor amiga.
Durante el desayuno que compartió con su padre volvieron a conversar, pero ahora el tema fue la discusión que tuvo ayer con Nayeon. Y sí, las palabras de su papá omega dieron paso a la reflexión en aquella mañana.
—Nayeon —la llamó, notando como cerraba su casillero para, por fin, voltear a verla.
—Buenos días, Jennie —su voz era neutra y formal. La pelinaranja empezaba a creer que eso era una gran amenaza. Nayeon no se comportaba así durante las mañanas, menos con ella a pesar de su pésima actitud.
—Im, yo solo quería disculparme —suspiró.
La mencionada se cruzó de brazos, tratando de verse indiferente y esperando a que Jennie concluyera sus palabras.
—Ayer fui muy tonta, bueno, tú sabes que casi siempre lo soy —Nayeon pasó su lengua por todo el lado interno de su mejilla, evitando a toda costa sonreír ante lo escuchado. Quería fingir enojo tan solo un poco más—. Pero es que me sentía demasiado ofuscada y no hallaba cómo poder calmarme. No trato de justificarme, es más, a veces me pongo a pensar en la gran paciencia que me tienes para poder soportarme. No debí chocar con nuestra amistad —ambas se miraron, sin ningún aura de incomodidad—. Lo siento mucho, Nayeon. Eres —suspiró—... eres toda una hermana para mí y a veces creo que no te merezco —sonrió con desánimo. Ella no quería acabar con la única amistad que le importaba en realidad.
—¡Lo de que eres tonta sí es cierto~! —rompió con el breve silencio, su voz sonaba alegre y con ese toque de diversión.
Jennie la miró confundida, un suspiro de alivio salió de sus labios al notar la gran sonrisa de conejo en su rostro.
—Oye, me asustaste, idiota.
—¡Eso fue tan digno de ver! —exclamó la castaña—. Pero creo que mi actuación fue mucho más digna para un premio a la mejor actriz —concluyó, sonriendo con suficiencia.
—Entonces... ¿todo está bien?
—Claro que sí, Kim. La verdad es que quizás me excedí un poco. Después de todo es tu vida y tuviste razón al decirme que no me metiera.
—Tú eres parte de mi vida, Nayeon —afirmó con seguridad—. Es solo que te pedí que te callaras de una forma brusca.
—Yah~ Olvida lo de ayer —sacudió levemente su mano—. Prometo no ser tan estresante con ese tema. De seguro en algún momento tú podrás darte cuenta de lo que pasa a tu alrededor por sí sola.
—Sobre eso, lo conversé con mi papá.
—¿Y te afirmó algo de lo que por sí ya estaba siendo notorio?
—Im, tú sabes esto —hizo un mohín en disgusto.
—De acuerdo, tranquila —la tomó por los hombros de manera repentina—. Tómate tu tiempo y pasará lo que tenga que pasar.
—Y eso es lo que temo.
—Verás que no será así. Todo se nota complicado cuando tú piensas de esa forma, Jennie.
La mencionada iba a responderle, pero la campana fue mucho más rápida y su estruendoso timbre resonó en toda la extensión del lugar.
—El encierro comienza —dramatizó la mayor—. Saca tus cuadernos, apúrate.
Jennie bufó, pero se vio haciendo eso si es que no quería llegar tarde a la primera clase. Sacó lo necesario y luego guardó lo restante en el casillero. Nayeon ladeó levemente la cabeza en señal de avance y ambas corrieron a su salón como si estuviesen concursando en un maratón.
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La princesa y la plebeya | Jenlisa
Romance❝ Y pues así, eran tan solo la princesa y la plebeya. ❞ Jennie era la alfa más codiciada de la universidad. Lisa una de las omegas, que al igual que las demás, suspiraban por ella, deseando poder llamar su atención. Será una conexión especial la que...