Capítulo 1: "Mi historia"

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Mi nombre es Susan Kennedy, "Susy" me llaman mis amigos, soy una joven de Detroit y desde hace unos cuantos meses padezco de horribles pesadillas. Para mí, dormir es sufrir y al despertar siento mucho miedo. Estas pesadillas no ocurren en un mundo de fantasía, ni otro país, son siempre en el mismo lugar: mi casa. Lo peor de todo es que no era solo eso. Con la llegada de estos espantosos sueños, comencé a sentir presencias extrañas.

Miércoles 25 de abril, 2012

Todo empezó ese día de lluvia, justo el día después de que me haya mudado a mi nueva casa situada en la calle "Churchill" al 218.

Estaba en mi habitación escuchando música, cuando de pronto escuche un ruido en el sótano, era como si un montón de cajas hubieran caído. Preocupada por el ruido bajé con cuidado, y fue entonces el momento en el que vi a esa sombra espeluznante, parecía una persona, pero no lo pude distinguir con claridad. Me quedé observándola por varios segundos hasta que desapareció. Inmediatamente salí del sótano con el objetivo de contarles lo que vi a mis padres. Ellos son escépticos. No me creyeron, aunque mi padre bajó solo para no quedar mal conmigo... aun así no sirvió. Esta vez no vi nada, y como era de esperar, él menos.

Frustrada por lo que pasó, fui a mi alcoba a escuchar música, intenté pensar que nada había ocurrido, pero no pude. Incluso ya no quería escuchar música, no sabía lo que quería. Pasé horas acostada, mi mente estaba en blanco, y sin darme cuenta me quedé dormida.

Jueves 26 de abril

Desperté totalmente asustada y agitada. Mi habitación era muy colorida e iluminada por la propia luz del sol que reflejaba y producía el color. No me gustó esa imagen, por lo que cerré la ventanas para evitar tanta luz... lo cual nunca hice. Allí me di cuenta que dejé de ser esa joven feliz que reía por todo. Luego de ver eso en el sótano olvide lo que era sonreír, mis sueños se volvieron oscuros, tan oscuros que no quería dormir. No sé cómo, pero esa sombra lo cambió todo, no pude comprender como esa imagen pudo haber llegado a mí en una forma tan profunda.

Bajé hacia el comedor para desayunar, ahí estaban mis padres, quienes me hablaron:

-¿Cómo estás Susan? -Preguntó mamá.

-Bien... creo que bien -Contesté débilmente.

-¿Hay algo que quieras decirnos? -Insistió Papá.

-No, ya les dije ayer, y no me creyeron.

-Hija... Comprende, no hay nada fuera de lo normal en esta casa, salvo tu ánimo -Dijo papá.

-Se me fue el apetito, me cambiaré para ir a la escuela -Dije.

No estaba de humor para soportar a mis padres, además, debía ir a la escuela. Me puse el uniforme y partí caminando aprovechando que aún era temprano. Dentro de la escuela todos me observaban como nunca, ni siquiera se acercaban a hablar conmigo. Era como si tuviera una especie de repelente contra la gente.

Mis padres y amigos me notaban rara. No hacía falta hablar con ellos para saberlo, me convertí en la "rara de la escuela", una "antisocial", todo eso en un solo día. Digan lo que digan, solo yo sabía lo que me pasaba, y eso era lo que menos me importaba.

La profesora me regañó varias veces, y yo la ignoraba. Mi mamá tuvo que ir a la escuela para hablar con el director y con mi profesora. No supe que le dijeron, pero mi mamá no tenía cara furiosa, tenía una cara nerviosa y preocupante. Me dejaron ir de la escuela temprano, el asunto era que al llegar a casa debía soportar nuevos regaños, y esta vez de parte de mi madre.

-Susan, dime la verdad ¿Qué es lo que sucede contigo? ¿Esto es por un chico? -Dijo mamá con una voz suave.

-¡No, mamá! ¡¿Por qué no me creen?! -Exclamé y luego bajé la voz al ver que mi madre abrió grande los ojos -Yo... tengo miedo, eso es todo.

Misterio de las pesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora