Las horas en el parque pasaron rápidas. La tarde moría mientras volvíamos a casa y Rose a la suya.
Mis vecinos permanecían dentro de sus casas, ninguno sabía de mi presencia ni se acercaban por sus ventanas para echar un vistazo. Todas las casas de la calle estaban casi pegadas una con la otra, sin embargo, nadie sabía que había vuelto del hospital.
Antes de que anocheciera, encendimos cuatro velas y las ubicamos en rincones de la cocina para que quedara bien iluminada, aun así no era suficiente. Con el correr de los segundos la casa se volvía más y más oscura, solo la cocina tenía un poco de luz.
Me dolía el estómago, en todo el día no había comido nada, tenía mucha hambre y casualmente mis amigos se encontraban mejor que yo. Antes de que me despertara, habían comido algo aunque lo negaban. Con la necesidad de comer algo, abrí las alacenas y la heladera para preparar algo para cenar. Lo hice con mucho entusiasmo, lo cual no duró mucho...
-Estamos en una mala situación –Dije después de abrir las alacenas.
-Ya lo veía venir –Dijo Brad –No hay comida ¿Cierto?
-No... Sólo encontré arroz. Hay algunos vegetales en la heladera, pero son viejos –Contesté.
-Por hoy estaremos bien con eso, mañana ya veremos –Dijo Michael sin preocupación.
Sin más que hacer, metí el arroz sobre una cacerola con agua hirviendo y un poco de sal. ¿El resultado? Comida casi sin sabor, parecía de hospital.
Nos sentamos a comer en la mesa redonda de la cocina y, para evitar solo concentrarse en la comida, platicamos para conocernos un poco más.
-Supongo que ustedes son de Detroit, ¿no? –Dije.
-Yo nací en Detroit –Contestó Madi –pero con mis padres viajábamos mucho y vivimos en distintos Estados. Hace dos años volvimos, comencé con mis "asuntos" y hace menos de un año me interné en el hospital.
-¿Te arrepientes de haberte internado voluntariamente? –Pregunté.
-No, en toda mi vida... Ese fue el mejor momento –Contestó Madi– ¿Qué pasó con ustedes, chicos?
-Michael y yo vivimos aquí hasta que murieron nuestros padres hace como cinco años, y como no teníamos otros parientes, servicios sociales nos llevó con una familia temporal en Cleveland. Ver como asesinaron a nuestros padres fue duro, no podíamos afrontar lo que sucedió, nuestro padre sustituto nos golpeaba y decía que estábamos locos, por eso volvimos y nos internaron en Heidel Keibod –Relató Brad.
-Sí... Eso fue un tiempo antes de que Madison entrara al hospital –Dijo Michael – de todos los hospitales psiquiátricos en el país, decidieron traernos otra vez a Detroit.
-Nunca me contaron exactamente lo que pasó con ustedes... Lo siento –Dije.
-¿No es curioso que todos seamos huérfanos? –Preguntó Michael.
-¿Cómo que todos? –Levanté la voz y miré a Michael.
-Mis padres murieron, los padres de Madison también... Casualmente tus padres no están –Respondió Michael.
Me puse de pie y exclamé:
-¡No sabes nada de lo que dices! ¡Mis padres no murieron y los padres de Madi tampoco!
-Susan... mis padres murieron hace unos meses atrás –Dijo Madi con tranquilidad – Aun no habías llegado al hospital, una carta que llegó a mi nombre decía eso y mi doctora me lo confirmó. Hasta salí ese día para asistir al funeral, pero luego regresé.
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Misterio de las pesadillas
ParanormalLa historia se centra en Susan Kennedy, una joven de Detroit que lucha contra sus pesadillas, y para ello deberá encontrar la verdad oculta en el hospital psiquiátrico "Heidel Keibod". Sus amigos serán su compañía en esta búsqueda repleta de peligro...