Esa misma noche me quedé despierta pensando cómo llegar hasta los documentos de John. El problema es que no lo podría lograr sola, necesitaba ayuda, pero ¿De quién? Todos estaban raros, hay problemas de comunicación, es más, no hay comunicación y no sabía si aceptarían ayudarme. La duda y la impaciencia no me dejaban dormir, aunque era algo positivo para no poder soñar.
Dormí pocas horas y no tuve ninguna pesadilla. Apenas me desperté por la mañana, me vestí y me dirigí a la habitación de Madi. Cuando llegué, la puerta se encontraba abierta y ella estaba frente a mí acostada en su cama tapándose los oídos. No había razón para hacerlo, no había nadie más y el silencio dominaba el hospital. Fue por eso que intenté dialogar y di unos pocos pasos para acercarme a ella:
-Madi ¿Qué haces?
Inmediatamente comenzó a producir sonidos para tapar mi voz: "LALALALA".
-¡Madi! –Exclamé insistiendo.
Ahora ella había girado su cabeza hacia la izquierda para observarme y dejó de hacer esos sonidos, se calló. Por miedo a como actuaba, retrocedí lentamente hacia el pasillo y cerré la puerta.
Al no poder hablar con Madi, me dirigí hacia la habitación de Brad y Michael, los gemelos. Abrí la puerta con total normalidad, y me di cuenta que ellos estaban aún más raros, estaban acostados mirando al techo (parecido a lo que pasó con Madi, la diferencia es que ellos parecían estar muertos), y por lo que vi, casi que ni parpadeaban. Me posicioné entre sus camas que estaban paralelas, me acerqué a cada uno y noté que si respiraban, sin embargo, no reaccionaban. Tuve miedo y opté directamente por no hablarles.
Estamos todos en un hospital, y ¿Las enfermeras? ¿Los doctores? ¿Dónde están cuando uno los necesita? En fin, esto ya parece un hotel y no un hospital.
Tras los intentos frustrados de comunicarme con mis amigos, decidí ir a mi habitación, me recosté y cuando apenas levanto mis piernas para acomodarme, escuché un grito estremecedor que parecía ser de Madi. Corrí preocupada en busca de ella, y la encontré llorando, me apenó ya que así me sentía yo con cada pesadilla. El Dr. Henry pasó por el cuarto, y no se detuvo, lo que lo hace más extraño. Cansada de ésta situación, obligué que Madison me respondiera:
- Listo Madi, no lo soporto, ¡¿Qué te sucede?! ¡¿Qué les pasa a todos?! -Pregunté con un nudo en la garganta.
- La... las voces, me perturban ¡Me molestan! No puedo dejar de oírlas -Exclamó Madi con tristeza.
- ¿Qué voces?
- No lo sé, son murmullos, no puedo entenderlos, pero no veo nada. Ayúdame Susan ¡Ayúdame!
- Te ayudaré, lo prometo, pero necesito que me acompañes mañana por la noche a la biblioteca, por favor – le pedí – Solo ignóralas, pasaré la noche contigo.
-Claro, Susy. Por favor, no te vayas -Contestó con un poco de alivio.
-Ya te dije, hoy me quedaré contigo. Luego buscaré una silla para quedarme, por como está ahora el hospital a nadie le importará.
Apenas terminé de decir esas palabras, la puerta se abre y el doctor Blake entra:
-¿Qué haces aquí, Susan? Madison no puede recibir visitas y tú tienes una reunión conmigo en dentro de diez minutos.
-Nunca me mencionó nada de una reunión a esta hora ¿Dónde será?
-Será en el salón de los sábados, sólo tú y yo. Como perdimos ya una reunión, la retomaremos ahora. Te dije que sería más tarde, pero no podré, tengo otros asuntos.
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Misterio de las pesadillas
ParanormalLa historia se centra en Susan Kennedy, una joven de Detroit que lucha contra sus pesadillas, y para ello deberá encontrar la verdad oculta en el hospital psiquiátrico "Heidel Keibod". Sus amigos serán su compañía en esta búsqueda repleta de peligro...