Detroit, Marzo del 1995.
Era el primer día del mes, y en plena madrugada alrededor de las cuatro, nace la pequeña Madison Smith. Sus jóvenes padres, Allen y Stella, vivieron sus adolescencias sin preocupaciones ni medir las consecuencias de todos sus actos. La recién nacida fue una de esas consecuencias (un "accidente" para los mal hablados), de la cual tomaron conciencia de lo cometido y las responsabilidades que deberían conllevar en un momento demasiado tarde.
Durante el embarazo, Allen permanecía los meses de espera con muchas ansias y nervios; en cambio, Stella era quien se arrepentía de todo, la hija que llevaba en su vientre representaba para ella el fin de sus sueños y el comienzo de una vida como "esclava" de su familia. Pensamientos totalmente diferentes entre sí, por lo cual fueron objeto de constantes discusiones y la causa de una posterior decisión...
A los días del parto, la pareja con su hija regresan a la casa de los padres de Allen con una sonrisa de oreja a oreja por parte de los dos, aunque fingida por Stella.
Allen dejó a la pequeña Madison en una cuna de madera que logró comprar durante meses de trabajo en un "videoclub". Él la observaba como dormía plácidamente y hasta soltó una lágrima de alegría, su hija parecía un ángel con sus cabellos dorados y ropa blanca. Stella sin demostrar sentimiento alguno por su hija, más que desprecio, dijo:
-Iré a la casa de mi madre, debo buscar unas cosas y hablar con ella.
-Lo que sea que debas buscar, lo haré yo –Dijo Allen intentando descifrar la mirada de su novia –Deberías quedarte más tiempo con Madison, casi que no la miras ni para amamantarla.
-Será rápido, déjame. Yo sé lo que hago.
Inmediatamente, Allen intentó detenerla agarrando el brazo de ella con fuerza y dijo:
-Intenta demostrar afecto, por lo menos frente a ella. No me interesa lo que sientas por mí, pero sí lo que sientes por nuestra hija.
-Eres un maldito enfermo –Contestó ella soltándose de Allen – ¡Déjame vivir! –Exclamó y empezó a correr para salir de la casa.
La discusión despertó a la recién nacida, quien entre llantos alertó a Allen y este fue directo a cargarla entre sus brazos e intentar calmarla con susurros y canciones. Aprovechando el momento, Stella consiguió escapar sin intervenciones.
Los padres de Allen se acercaron a hablar con él, querían comprender lo que ocurría; sin embargo, no obtuvieron ninguna explicación. Allen sólo se dedicó a calmar a su hija sin dirigirles la palabra a sus padres.
Mientras la niña callaba y quitaba lentamente su ceño fruncido, detuvo su inocente mirada en los ojos brillosos de su padre, quien besó su frente y susurrando dijo:
-Nunca estarás sola, nunca te dejaré ni te olvidaré. Eres una parte de mí, pequeña... Eres mi hija y te prometo que crecerás en una linda familia, casi tan linda como tú.
Mayo del 1998
Aún con el pasar de los años, Stella no dio señales de vida. Nunca se hizo presente ni para los cumpleaños de su hija, ni siquiera llamadas por teléfono. Todo intento de encontrarla terminaba fracasando, y esto (aunque para muchos fue ilógico), angustiaba bastante a Allen.
El padre y la niña se mudaron a su propio departamento debido a las constantes peleas de toda la familia en la casa de los padres de Allen. Estaban dando un gran paso a pesar de todas las dificultades que atravesaron, pero Allen seguía sin poder superar la partida de Stella. Sus días se basaban en una profunda tristeza, fatiga y noches sin poder dormir como corresponde... Sin embargo, juntaba fuerza para tratar de darle a su hija todo lo que le prometió.
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Misterio de las pesadillas
ParanormalLa historia se centra en Susan Kennedy, una joven de Detroit que lucha contra sus pesadillas, y para ello deberá encontrar la verdad oculta en el hospital psiquiátrico "Heidel Keibod". Sus amigos serán su compañía en esta búsqueda repleta de peligro...