Nine o'clock

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1975

No sé si sería correcto decir que Crowley y Freddie estaban peleando con las miradas. Uno no quería, —más bien no lograba— hablar sobre lo que sea que fuera el "amor" y el otro no lograba convencerlo para que se escapara con él a hacer algo en Rockfield Gales.

—No es que no quería ir —se defendió el demonio —Es solo que... Cuando quiera regresar a Londres, así maneje lo más rápido posible, llegar aquí sería una eternidad y créeme, sé muy bien cuando digo "eternidad". No es nada bueno.

—¿Y tienes alguna necesidad de venir a Inglaterra lo más rápido posible? —preguntó Freddie indagando si es que Crowley enserio necesitaba estar en Londres todo el tiempo. —Podrías tomar un avión.

—¡Por Satán, no!. Odio los aviones.

La realidad era que Crowley no se había acostumbrado mucho al avión modelo de Orville Wright. Sentía que... Estaba encerrado dentro un pájaro gigante, todo era muy claustrofóbico; con esas ventanas y esos asientos en fila. Era un sistema y Crowley odiaba los sistemas. ¿Y si se caía? Crowley sabía una única cosa de las caídas. Aunque tuvieras alas, no te podías levantar hasta que sanen o alguien te ayude a subir...

Ese modelo se parecía en nada al modelo que le había sugerido a Da Vinci.

Crowley se lo sugirió pensando en ¿Quién no quisiera estar montado con su amado en un gigante ruiseñor, mientras vuela sobre el pacifico caudal del Arno mientras la suave brisa de Florencia te arrulla y acaricia. Y ahí, descubrir que solo una mirada y las manos mojadas de un ángel tal vez.. uniéndose a las tuyas, serían lo único que vale la pena de tu tan larga y miserable vida de demonio?.

—¡Hey! —lo despertó Freddie de sus pensamientos, agitando sus manos. —Tierra llamando al demonio, uno, dos...

—No, basta —esquivó sus manos, irritado. —Mercury, ni siquiera somos amigos. ¿Cómo quieres que vaya contigo a Rockfield? Solo somos dos personas que se encuentran para...

—¿No quisieras que sea tu amante, cielito? —se acercó coqueto. — O tu el mío, como quieras.

Crowley lo vio mal, como diciendo. "Si te atreves a tocarme, te mueres"

—Es que ya amas a alguien más. —dijo haciendo un puchero irónico muy poco asustado por lo que le dijo el demonio.—¡Estamos en 1975! ¿¡Qué tan difícil es decir que amas a alguien!?

—¿Habla el que ama a su bajista en secreto? No espera. Tiene una relación casi secreta con él, solo que el otro no lo acepta porque tiene miedo.

—Solo que no quieres hablar de eso... —dijo recapacitando sus palabras para que él tampoco tuviera que hablar de eso. — Está bien, lo respeto. Pero ven conmigo y la banda... Te divertirás y te servirá para distraerte un rato de... ¿Cómo se llama? Ah sí, "tu ángel".

—¡No es mío! –-aclaro molesto y muy pero muy sonrojado — Basta del tema. Ya no te contaré nada. Ni se que hago aqui.

Crowley terminó su trago para con eso poder marcarse y liberarse de esas conversaciones.

—Si vienes conmigo... —hablo Freddie condicionado, antes de que se vaya. —Tal vez piense eso de escribir una canción juntos... O hacerte una canción o como tu dijiste "Solo quiero una canción para un ángel, Freddie". ¿Lo recuerdas?

—No me chantajees humano.---respondió Crowley en tono amenazador. —Ese día estaba demasiado ebrio.

Si es que "demasiado ebrio" les parece poco, podría también agregar que Cowley despertó en su forma femenina en su auto con millones de cartas y rosas que decían. "Lo hiciste muy bien, serpientita" y una foto de él (bueno ella en ese momento) tirado en el piano de Elton Jonh con uno de sus estrafalarios vestuarios y micro en mano firmada por los productor de EMI con una gran cantidad de dinero por el show.

There he goes againDonde viven las historias. Descúbrelo ahora