19. Trust.

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Si podía describir con una sola palabra el lugar, sería vacío.

Paredes blancas, suelos blancos, incluso el aroma del lugar era exactamente a nada, como si realmente no hubiera signo de vida allí. Lo cierto es que sí que había, pues en la puerta se encontraban un par de guardias enormes e imponentes mirándola con... ¿descaro?

No entendía su expresión, a decir verdad. Pero lucían algo agitados, como si acabasen de llegar allí.

—¿Tiene una cita?—Inquirió uno de ellos al notar su intención de entrar sin más.

—¿Tengo que tener una?—Cuestionó de vuelta, a lo que el mayor puso los ojos en blanco, sin el mínimo movimiento.

—Mire, señorita. No queremos más problemas con el jefe, así que si no tiene una cita, puede darse la vuelta e irse.—Habló firmemente y con algo de hastío. La morena consideró escabullirse, consideró golpear a alguno de loa guardias (o a ambos) en los peores lugares que se le ocurrían; pero en cambio mantuvo su mirada fija en ellos antes de asentir lentamente.

—¿Podría decirme una sola cosa?—Empezó.—¿Está aquí una chica rubia, alta y de ojos azules?—Continuó sin esperar una respuesta.—Vine desde la Fright Zone buscándola.—Soltó, arepintiéndose casi antes de terminar de hablar, y otro escalofrío la hizo intentar mirar hacia adentro por si hallaba cerca el motivo de aquello. Los dos hombres se miraron antes de adoptar una posición amenazante y decir con voz firme:

—¿Tú también eres una de ellos?

Y eso fue lo último que recordó.

(...)

Carajo.

Su teléfono estaba lleno de llamadas de hacía algunas horas atrás. La mayoría pertenecían a su novia, una de Mara y otras dos de C'yra y Lyra, respectivamente. Después pudo ver un par de mensajes que le confirmaron sus peores sospechas:

Catra estaba en Bright Moon.

Peor aún, había ido a buscarla al peor lugar al que podría haber ido.

Y ahora era la rubia quien llamaba frenéticamente a la morena, esperando una respuesta que nunca llegó.

¿Había apagado su teléfono?

Detuvo su caminar abruptamente para empezar su camino de regreso hacia Prime Co. con un sabor amargo en el fondo de su garganta, sus extremidades casi ardiendo ante la necesidad de transformarse y volver tan rápido como pudiese, evitando aquel encuentro a como dé lugar.

Gruñó con rabia al darse cuenta de que había caminado lo suficientemente lejos como para perderse; casi corrió hasta el bordillo de la acera,tratando de detener a algún taxi con impaciencia.

¿Cómo es que una ciudad tan grande podía verse tan vacía a esa hora?

Pasó un minuto. Luego dos. Y luego cinco. Hasta que finalmente una hora había transcurrido sin que se diera cuenta mientras miraba desesperandamente al firmamento.

Y se cansó de esperar.

Todo lo que pudo hacer fue aferrarse a la esperanza de llegar antes que la morena forzando su cuerpo al máximo a pesar de que su mente no podía quitar las imágenes reproduciéndose en bucle y corriendo con todas sus fuerzas por las desconocidas y enormes calles de la ciudad.

Sintió algo trepar por todo su cuerpo, un sentimiento que ya conocía lo suficiente como para reconocerlo al instante, pero esta vez asentándose en su pecho y causándole tanto dolor que tuvo que caer al suelo, sosteniéndose la camiseta con todas sus fuerzas antes de que sucediera otra vez.

Grunts of love- Catradora Werewolf AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora