Capitulo 7

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¿Qué define el placer? ¿El disfrute físico, un momento de serenidad, gozar ante algo bello? Un episodio sexual puede incluir las tres cosas si está bien orquestado.

Del capítulo titulado "Después es tan importante como antes"


La velada había ido bastante bien, pensó Jisung, mientras se retiraba los alfileres del pelo, sintiéndose exhausto pero esperanzado ante los días siguientes. Hubo un momento desafortunado cuando uno de los lacayos dejó caer toda la bandeja de pescado en escabeche sobre una valiosa alfombra. Y cosa extraña, eso lo hizo sonreír mientras se miraba al espejo y depositaba los prendedores en un pequeño cuenco de vidrio.

El pobre muchacho se había quedado horrorizado por mostrarse tan torpe frente a su patrón, pero Minho se limitó a indicar a los demás sirvientes con un gesto que ayudaran al chico a limpiarlo todo lo mejor posible, y siguió conversando con lord Emerson como si no hubiera pasado nada. Era bastante probable que tuvieran que deshacerse de la alfombra, pero había quedado claro que Minho creía que en la vida pasaban esas cosas, y que estaba dispuesto a pagar una nueva. Ese era uno de los aspectos que le gustaban tanto de su marido. Se tomaba muy en serio sus responsabilidades, y eso incluía al servicio. Aunque Jisung dudaba que él se diera cuenta, los criados le miraban con una mezcla de temor y afecto. Él no era uno de esos aristócratas altivos que actuaban como si estuvieran por encima de todos los demás, aunque desde luego podría hacerlo si quisiera.

En algunos aspectos era inabordable, pero eso era solo a causa de su carácter reservado; no porque se esforzara a conciencia para mantenerse al margen. Minho daba las gracias a los criados de forma habitual, con la misma educación con la que trataba a sus amigos de la nobleza. Echó un vistazo al reloj de la repisa. Era tarde. Los invitados habían ido llegando a lo largo de todo el día, por la tarde se sirvió un té protocolario, seguido de una cena elaborada, después de la cual lord Knightly había entretenido a los presentes con varios pasajes de Hamlet. Todo ello con la pompa y la ceremonia correspondientes, pero para su sorpresa había resultado realmente entretenido y todo el mundo pareció divertirse, incluso Minho.

¿Acudiría a visitarle? Puede que estuviese demasiado cansado. Al fin y al cabo se había levantado temprano, y había pasado varias horas en su estudio antes de que la familia se reuniera a comer, y... La puerta se abrió con un chasquido. Su marido entró en la habitación vestido con un batín de seda azul oscuro. Los pocos candiles que Jisung había encendido no iluminaban demasiado aquel espacio tan grande, de manera que vio que Minho dirigía la mirada primero a la cama vacía, y luego hacia donde estaba él, sentado en penumbra. Se dio la vuelta y sonrió, confiando en que él no hubiera notado el ligero temblor de la mano con la que sujetaba el cepillo del pelo. Hasta ese punto le afectaba su mera presencia. Hasta hacerlo temblar.

—Ahora mismo estaba pensando si te vería o no esta noche, excelencia.

—¿Verme? —Él levantó una ceja.

—Supongo que es una forma de expresarlo. —Se acercó y le puso las manos sobre los hombros.

—Yo tenía la esperanza de que desearas verme en tu dormitorio, excelencia.

—Siempre —respondió Jisung con sentimiento. El rostro de su esposo se iluminó con una de sus raras sonrisas.

—Es halagador ser tan bien recibido.

—Yo nunca te rechazaría. —Él notó que había respondido con cierta vacilación. Hubo un breve silencio en el que él se limitó a mirarlo, con una expresión difícil de interpretar bajo el parpadeo de la luz tenue. Luego le preguntó en voz baja:

Lecciones de Seducción - MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora