BRUMA (POR FAVOR) // MIHYUN

03 - TRES

Mina en sus estudios siempre tuvo lo mejor, había sido una de las más sobresalientes, hacía deportes, estudiaba, era de las mejores y populares. Estudió en un instituto de prodigios, no cualquiera podía tener pase a eso.

No aceptaban a millonarios porque sí, era un instituto caro pero también disciplinado y que buscaba los que serían los nuevos talentosos que darían su talento a el mundo.

De ahí salían músicos, guitarristas, pianistas, deportistas, bailarines, cantantes, diseñadores, pintores.

Una infinidad de personas que sobresalían en el mundo por su pasión y su talento.

Mina no era la excepción, era una de las mejores bailarinas de ballet, reconocida como ello. En el instituto le enseñaron, esculpieron a la perfección su talento para mejorarlo y hacerla ser sobresaliente en cualquier lugar que iba. Se presentó en teatros, en uno fue cuando conoció a Jihyun.

Ella sobresalía en cualquier lugar, y eso a los señores Kim les encantaba; una buena y exitosa mujer para su primogénito.

En cambio, Dahyun fue a una institución privada, pero nada sobresalía de ella. Tal vez sobresalió en ser un desastre en todo. Todo el mundo la conocía como la chica torpe y estupida que no debería estar alrededor de ellos.

Dahyun estuvo rodeada de jóvenes de dinero que pagaban esa institución privada, pero ella mil veces hubiera preferido una publica si le quitaba de encima a los acosos y abusos que cometieron contra ella.

Cuando salió de preparatoria, no pudo estar más feliz. Había logrado pasar aquello, pudo graduarse apenas con la nota mínima.

Sus padres se decepcionaron, pero ella estaba aliviada.

Dahyun no hizo deporte, no participaba, no la veían atractiva, no era inteligente, no tenía algo especial.

El primer halago que Dahyun recibió fue uno que le revolvió el corazón. Tenía dieciocho años, tenía días de conocer a Mina y estaba en una cena de lo que sería la familia cuando Jihyun y Mina se casarán en algún futuro.

— Eres tan tierna, Dahyun. Cada que tropiezas, que te trabas en palabras, que pareces nerviosa, siento que estoy viendo algo extremadamente tierno. Debes saberlo.

Dahyun sintió como si en ese momento no existiera su pasado de críticas, fue como si nunca la hubieran juzgado antes. Sintió que era bonita, se sintió lindo en su pecho, sintió ganas de llorar y Mina estuvo ahí para secar sus lágrimas.

Pero aunque Mina admitiera que le gusta su actuar, a Dahyun nunca le terminó de gustar, le parecían ridículas las formas en que echaba a perder todo, aún si eso era su escencia de existencia.

— Quiero cambiar, esto no me ayuda — y Mina aceptó sus palabras, sabiendo que eso ya era decisión y voluntad de Dahyun.

Pero aún así, Mina pedía.

Por favor, no cambies.