Capítulo 10

3.1K 315 12
                                    

Los días siguientes al ser instalado de vuelta en la casa de Jaekyung, este había sido terroríficamente amable con Dan. Sentía una desconfianza de aquel hombre, pero este se había vuelto más atento de la presencia de Dan.

El fisioterapeuta había mejorado las heridas de sus muñecas y ahora realizaba pequeñas actividades que no involucraron mucho esfuerzo de sus manos o brazos. Esto quería decir que los masajes que le daba a Jaekyung sobre sus dolores musculares habían quedado suspendidos hasta nuevo aviso, pero se había dedicado a atender de otra manera al boxeador. Dan no niega que su apetito sexual se había incrementado desde que el enlace se había formado o era acaso que sentía el gran apetito que sentía Jaekyung por él que lo mantenía con ganas de montar el pene del boxeador cuando llegaba a casa después de entrenar en el gimnasio. A Veces era muy difícil poder tragarse con el culo el tremendo tamaño del alfa, pero el otro lo ayudaba estimulando su uretra con sus dedos y mucho pre juego antes de empezar meterlo con insistencia.

Ambos eran más conscientes de la presencia de sus géneros secundarios que empezaban a liberar con más frecuencia las feromonas de manera inconsciente.

Se estaban acostumbrando a ellos mismo

- ¡Ah!.... ¡Ah!... ¡Ah! - Dan estaba saltando sobre Jaekyung con su ayuda. El boxeador sostenía sus nalgas y las apretaba y separaba más para que la inserción sea más fácil. - Jae... Jaekyung!... es muy profundo... ya no puedo ¡Ahg! - Jaekyung solo le propinó una nalgada mientras besaba su pecho y lamía como un perro sediento su cuello y clavícula. En ese momento Dan corrió y se derramó sobre Jaekyung sosteniendo sintiendo como apretaba su pene con la corrida.

Jaekyung retiró su pene todavía duro y levantado como un arma mortal que apuntaba hacia Dan, que estaba sobre las sábanas arrugadas temblando violentamente. El mayor se percató de las intenciones y actuó de inmediato.

El boxeador lo tomó de forma ligera cuando Kim Dan se disponía a huir entre las telas.

Entonces Jaekyung levantó sus caderas y apretó con firmeza su cintura delgada para ser un hombre. Su pene y sus caderas se encontraban en la misma distancia, entonces Jaekyung penetrando con profundidad y ocasionó un grito ahogado en el omega sodomizado que apretaba la almohada contra su boca. Las embestidas del boxeador causaban un gran estruendo de sonidos obscenos que no paraban e iban a ritmo.

El fisioterapeuta las sentía como apuñadas que parecían querer rasgar su órgano llega con ese pene bestial. Pero, había descubierto un lado masoquista dentro de él.

-¡Ah, sí, sal , ah! - soltaba cuando el fallo salía una larga distancia y volvía a ser apuñaló muy adentro. Dan culpaba a las feromonas que ambos soltaban en ese momento, lo que hacía aún más especial el momento.

- más... ¿Así? - volvía a clavarlo fuerte - que tan adentro quieres que me corra - le susurro en el oído. Jaekyung tomó del cuello a Dan sin ser demasiado fresco con su agarre, pero levantó su pecho para besar y lamer el cuello de Dan antes de empezar a propinar embestidas más rápidas que hacía voltear los ojos al fisioterapeuta.

- ¡Ahg.... !... ah ah ah.... ya no más... me vas a partir- le dijo tratando de sostenerse

- Lo quieres más adentro ... Ahg... en tu útero o afuera en tu cara .... -

- Adentro... lo quiero adentro.... de mi - Dan le agarra al sentir a Jaekyung mordiendo su hombro y corriendose como loco dentro de Dan. Con cada movimiento que sentía dentro de él, su pene temblando dentro mientras seguía depositando semen. Su vientre sintió una presión dentro como si estuviera a punto de reventar.

Ya era la cuarta vez que lo hacía... todo ese semen se quedaba muy adentro que ya no salía.

De manera lenta se iba quedando dormido, mientras sentía como Jaekyung se paraba para ir al baño y seguido lo cargaba en sus brazos. Seguido una secuencia de momentos cortos que pasaban mientras el agua tibia acarició su piel, las prendas que se deslizaron y último siendo recostado sobre un cambio de sábanas limpias donde se quedó por fin dormido.

MAREA AMBARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora