Capítulo 10

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Esta vez no fue el celular de Dan sino el suyo el que le hizo despertar de mal humor.

Cuando intentó moverse fue casi imposible porque Kim Dan estaba usando su brazo como almohada, dormía cómodamente y Jaekyung estaba empezando a preguntarse si es que acaso tenía problemas de audición ¿Cómo era posible que no escuchara el sonido del teléfono?

Se quedó recordando la forma en que Dan susurraba su nombre entre sueños cuando se iba quedando dormido, recordó al ardor en la piel de su espalda como producto de algunos arañazos, pensó en su expresión cuando terminaba dentro de él y en el movimiento de su cabello sobre el rostro cuando lo penetraba una y otra vez incapaz de detenerse.

Al final el celular dejó de sonar, fue consciente que había perdido largos minutos mirando al idiota de Kim Dan y se sentía incapaz de patearlo como lo hacía en las mañanas.

—Oye— le empujó por el hombro—. Despierta, Kim Dan, abre los ojos.

—¿Qué pasa? —le preguntó adormilado, luchando por reaccionar.

—Mi brazo no es tu almohada.

—¡Lo siento! — Dan se apartó de inmediato y él pudo salir de la cama al fin para buscar su teléfono.

Mientras revisaba las llamadas entrantes y confirmaba que no había sido otro que Park Namwook, miró de reojo encontrándose con un escenario habitual. Dan lo miraba.

—¿Qué?

—N-nada. Al menos póngase algo de ropa.

—¿Qué tiene de malo estar desnudo? Te gusta mirarme, así puedo darte una mejor vista.

—¿Quién dice que me gusta mirarlo? Se volvió loco.

—Anoche nos volvimos locos, fue increíble ¿No?

—Para nada. Usted era el que estaba como loco.

—No hiciste mucho por detenerme Kim Dan.

—¿A caso hubiera podido hacerlo?

—Bien. Intenta detenerme ahora— Jaekyung volvió a subirse a la cama e inmovilizó los brazos de Dan para poder arrancarle las sabanas del cuerpo, así como él se estaba exhibiendo desnudo, quería que Dan hiciera lo mismo. Lucharon un rato hasta que intercambiaron miradas.

Un chispazo, un sorpresivo impulso que lo dominó... aflojó los brazos para inclinarse y besar a Dan. Fue tan íntimo que los brazos del otro pronto se enredaron en su cuello.

¡Mierda! Le daban ganas de hacerlo otra vez, pero había confirmado que pasaba del medio día. Por eso se detuvo y se apartó de él recogiendo la ropa del suelo para salir con ella en brazos.

No se giró para mirarlo y de manera exigente le pidió que se preparara para irse en media hora.

Tampoco se quedó a escuchar sus quejas por lo que se apresuró en cerrar la puerta de un azoton.



Mientras el fisioterapeuta le pedía levantar un brazo, girarse o mover las piernas para hacerle diferentes ejercicios y darle el tratamiento necesario a su cuerpo, no pudo pensar en lo diferente que era cuando Kim Dan lo tocaba.

Cuando Dan le daba esa clase de masajes le daba por cerrar los ojos para perderse en las sensaciones, ansiaba tener sus manos encima porque cuando tenían sexo el toque entre ellos no era tan suave y cálido, por eso era bueno que Dan lo tocase, pero ahora ya ni tenía esa oportunidad.

—Listo, puede vestirse— el fisioterapeuta guardó sus cosas y salió rápidamente.

Jaekyung seguía pensando en Kim Dan... una y otra y otra vez. ¡Maldición!

La persona equivocada (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora